Torino Capital, en su informe semanal, insiste en buscar alternativas para la reestructuración de la deuda externa del país. Y advierte que “Venezuela, más que un país insolvente, es un país mal manejado”.
La firma hace mención a dos estudios que presentan estrategias legales para reestructurar los compromisos de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) y la República, protegiendo las actividades generadoras de ingresos de posibles embargos por parte de los acreedores.
Se trata de Lee Buchheit y Mity Gulati, de la firma Cleary Gottlieb y Duke University, quienes se centran en una interpretación novedosa de los contratos de los bonos de Pdvsa; entretanto, Mark Walker y Richard Cooper, de Millstein & Co. y Cleary Gottlieb, sugieren reformar la ley de bancarrota de Venezuela e invocar el Capítulo 15 del código de bancarrota estadounidense.
Señala el documento que “aunque los autores reconocen que reestructurar la deuda venezolana es muy difícil y que el país enfrentará retos sin precedentes en el mundo, ambos parten desde la premisa de que hacerlo es inevitable. Para los investigadores de Torino Capital, esto es debatible”.
La banca de inversión argumenta que “Venezuela no es un deudor normal. 42% de la deuda externa es de hecho, emitida por Pdvsa. Las corporaciones no están sujetas al mismo grado de protección legal que los países. Los activos generados en el curso de actividades comerciales no están salvaguardados por el principio de inmunidad soberana y, por lo tanto, están expuestos a embargos en el caso de un default. Si Pdvsa cae en una cesación de pagos, los tenedores de bonos podrían intentar paralizar su actividad generadora de ingresos en Estados Unidos (EEUU) y otros países”.
Blindaje de activos
Torino Capital advierte que “los contratos de los bonos de Pdvsa no tienen cláusulas de acción colectiva, aquellas que permiten a la mayoría calificada de los tenedores aprobar acuerdos que comprometan automáticamente a todos los acreedores. Los bonos corporativos de EEUU pueden usar el proceso de bancarrota para reprogramar la deuda”.
Sin embargo sostiene que “la protección de bancarrota no estaría disponible para Pdvsa si la Corte establece que la petrolera es un instrumento o alter ego del Gobierno, lo cual es muy probable”.
Por lo tanto, destaca, “a menos que Pdvsa encuentre una forma de hacer que todos los tenedores estén de acuerdo con una oferta de canje, será vulnerable a intentos de embargo de activos y cuentas por cobrar durante el curso de una reestructuración. Dado que 43% de las ventas de petróleo se destinan a EEUU, según nuestros cálculos, es comprensible que el país continúe evitando un default que pondría en riesgo al menos 12 millardos de dólares de ingresos por exportaciones anuales”.
La idea central de los autores mencionados, es crear entidades legales que pueden ser usadas para blindar los activos o ingresos de Pdvsa, anticipa el texto. Es decir, dejar a los tenedores frente a un “cascarón vacío” mientras preservan los flujos de ingresos para el Gobierno bajo otra entidad.
Torino Capital cree que una estrategia podría ser “diferenciar el problema financiero de Pdvsa del de la República. Si el nuevo gobierno puede garantizar de forma creíble que mejorará la administración de Pdvsa, unificará el tipo de cambio a un nivel competitivo y protegerá a la firma de los impuestos excesivos, hay una probabilidad razonable de que los tenedores de bonos de Pdvsa participen en un refinanciamiento voluntario de las próximas amortizaciones”.
Sin control
La inflación rompió récord nuevamente en agosto, al registrar una variación intermensual de 28,2%, de acuerdo a cálculos de Torino. En términos anuales el índice de precios se ha acelerado 703,5%.
“El resultado mensual es muy superior al promedio de 18,8% registrado durante los siete meses previos y su tendencia a la aceleración continua es motivo de preocupación, ya que apunta a un escenario de hiperinflación”, indica la firma.
El texto añade que los pronósticos macroeconómicos de la firma son definitivamente más negativos que hace algunos meses, a raíz del cierre de los mercados internacionales y las crecientes dificultades para que la industria se estabilice. Además, se sigue registrando una caída cada vez más rápida de los ingresos reales en comparación con los gastos reales, hecho que constituye un síntoma de escenarios hiperinflacionarios.