El economista jefe de Torino Capital, Francisco Rodríguez, explica que entre las consecuencias de la orden ejecutiva de Donald Trump contra Nicolás Maduro, destaca la imposibilidad del gobierno venezolano de utilizar activos como garantía para nuevos préstamos.
La Casa Blanca publicó una orden ejecutiva que prohíbe a los estadounidenses participar en transacciones que proporcionen fondos para el gobierno de Venezuela o la petrolera estatal Pdvsa. La medida tiene como objetivo negar al gobierno venezolano impedir el financiamiento norteamericano a un país que “comete corrupción y empobrece a su pueblo”, según un comunicado leído por la secretaria de prensa de Estados Unidos, Sarah Huckabee Sanders.
Las sanciones no parecen tener un efecto inmediato en el mercado de deuda o afectar a los tenedores de bonos venezolanos, pero sí limita al gobierno de Nicolás Maduro y a Petróleos de Venezuela refinanciar, hacer operaciones de recompra o swap de deuda.
En un reporte especial enviado por el economista jefe de Torino Capital, Francisco Rodríguez, se indica que entre las medidas destaca la imposibilidad de vender en el mercado secundario de los bonos Venezuela 2036 que se encuentran en manos del Banco de Venezuela por un monto de 5.000 millones de dólares, según informaciones publicadas en agencias internacionales.
Además resalta la imposibilidad de utilizar algunos otros activos como garantía para nuevos préstamos, como el caso de la refinería Citgo ubicada en EEUU.
“La orden no restringe el comercio en la mayoría de los bonos existentes de Venezuela o de Pdvsa. La excepción es el Venezuela con cupón de 6,5% con vencimiento en 2036, que se cree esté actualmente en manos de las instituciones estatales venezolanas. (https://irusa.org/) Más bien, la orden tiene como objetivo bloquear el acceso de Venezuela a nuevos fondos”, explicó Rodríguez.
Sostiene que las sanciones hacen extremadamente difícil para Venezuela o para Pdvsa obtener nuevo financiamiento al prohibir que cualquier entidad estadounidense participe en operaciones, destinadas a proporcionar nuevos fondos. “Esto hace una reestructuración de la deuda de Venezuela casi imposible ya que impide que los fondos de inversión estadounidenses acepten”.
También restringen la capacidad del país para obtener fondos a través de pagos de dividendos de Citgo “o usar Citgo como colateral para futuras financiaciones”. El pasado año, Pdvsa colocó 50% de las acciones de la refinería Citgo durante una operación de refinanciamiento de deuda.
Aunque las nuevas sanciones tienen poco o ningún efecto en el mercado de los títulos de deuda existentes, acota que de ampliarse la restricción sobre el comercio de bonos sí podría generarse algún efecto.
Rodríguez considera que en el mediano y largo plazo, el gobierno venezolano acelere el proceso de reducción de su dependencia de los mercados de Estados Unidos (tanto en lo petrolero como de bienes), así como por la desinversión de activos en territorio norteamericano y, aumente los envíos a China, Rusia y a otros países con los que no tenga restricción financiera o comercial.