La decisión del jefe del Estado, Nicolás Maduro, de exigir la renuncia al presidente del Banco Central de Venezuela, Nelson Merentes, desató una verdadera guerra interna en el ente emisor y dejó al descubierto las divisiones en el directorio del instituto.
Las razones que tuvo Maduro para sustituir a Merentes no fueron dadas a conocer de manera oficial. No obstante, fuentes del BCV confirmaron que las relaciones con el primer mandatario se habían complicado desde hace unos meses.
A eso contribuyó las diatribas entre la directora del instituto, Sohail Hernández, y Merentes por la publicación de las cifras oficiales debido a que ella no solo ordenaba el ocultamiento de los datos, sino que también revisaba los indicadores mes a mes; además del cambio de metodología de cálculo sin previo aviso al directorio.
Hernández es una de las que aspira a ocupar la presidencia del ente emisor.
Sin embargo, José Khan, funcionario de carrera en el BCV y que debió lidiar por el llamado “billetazo” diseñado en parte por el vicepresidente ejecutivo de la República, Tareck el Aissami, y el ministro de Alimentación, Rodolfo Marco Torres, es quien por méritos debería ocupar el cargo, pero todo dependerá de si Maduro quiere continuidad en el modus operandi del banco o prefiere un cambio radical, destacó una fuente.
Si el cambio es radical y se decide que el asesor de Maduro, el español Alfredo Serrano Mancilla, lidere las nuevas políticas monetarias y cambiarias, el elegido será el ministro de Planificación, Ricardo Menéndez, funcionario que se caracteriza por sus posiciones antimercado y por impulsar mayores controles en la economía. Esa posibilidad toma cuerpo teniendo en cuenta que ya Serrano Mancilla asesora al ministro de Finanzas, Ramón Lobo.
En los últimos días se filtraron desde el BCV las cifras sobre el comportamiento de la economía en 2016, las cuales revelaron que la caída de la economía fue de 18% y la inflación llegó a 800%, rompiendo así todo pronóstico.