El salario mínimo integral de los trabajadores venezolanos creció en términos nominales en el último año y medio de forma acelerada.
A pesar de la recesión económica y altos niveles inflacionarios, la política gubernamental está orientada en los consecutivos aumentos al salario mínimo y ajustes a la unidad tributaria que impactan directamente en el bono de alimentación.
El ingreso mínimo del trabajador pasó de 16.399 a 250.531 bolívares entre enero del año pasado y julio de este año, lo que se traduce en un incremento de 1.527%.
En lo que va de año, el ajuste del salario mínimo integral acumulado alcanzó 140%, elevándose de 104.358 a 250.531 bolívares. El alza del ingreso impactará, según cifras del Ejecutivo, a 9,6 millones de trabajadores venezolanos.
Mientras, el salario mínimo ascendió de 27.092 a 97.531 bolívares en los últimos nueve meses, lo que significa un crecimiento de 260%.
El bono de alimentación, en el mismo período de tiempo, pasó de 63.720 a 153.000 bolívares, para un incremento de 240,11%.
Los distintos actores económicos esperan, después del último incremento, la consecución de políticas para frenar la inflación y la especulación en los precios de los productos de bienes necesarios.