El presidente de Fedecámaras, Ricardo Cusanno, considera que la prioridad inmediata, en el marco del proceso de diálogo institucional que se ha abierto, es resolver el drama humanitario y enfrentar la pandemia de covid-19, a partir de un plan de vacunación inclusivo y completamente despolitizado, además de supervisado por un organismo internacional confiable y solvente que sirva de veedor para garantizar la buena gestión de los recursos.
«No se trata de debatir sobre quién pone la vacuna o quién la paga, o de quién se lleva los méritos. Tampoco puede ser un mecanismo de control social, cuyo acceso dependa de si estás vinculado o no a un carnet político; pero tampoco debe ser parte de un sistema de capitalismo salvaje, que se convierta en una política de bodegones, de manera que quien pueda que se la ponga. Esta pandemia no debe ser una causa para que se profundicen las brechas sociales. No estamos de acuerdo con que los trabajadores del sector privado se coloquen la mejor vacuna del mundo, debidamente certificada, y los trabajadores públicos o nuestros pensionados se vacunen con un fármaco no certificado», establece el líder empresarial.
Y afirma: «sin resolver la estrategia de aplicación de la vacuna, todo lo demás que hablemos es inviable. Cualquier discusión sobre economía, reinstitucionalización o canalizar las profundas diferencias de hacer política, sin salud es inviable».
Como es ampliamente conocido, Fedecámaras recibió la visita de una comisión de la Asamblea Nacional electa el 6 de diciembre, encabezada por su presidente, Jorge Rodríguez, uno de los dirigentes más poderosos en la estructura del sistema de gobierno, y en esa reunión se acordó iniciar un proceso de diálogo para acordar medidas que apoyen una eventual reactivación de la economía.
El hecho de que Fedecámaras haya aceptado la oferta de diálogo ha sido objeto de polémica. Para algunos es poco menos que una claudicación, pero, en general, el clima es de respaldo. La crisis es profunda y larga, por lo que, a ojos de muchos sectores de la sociedad, ha llegado la hora de sentarse a negociar alguna salida que vaya en beneficio del interés general. Esa es, básicamente, la posición del gremio cúpula del empresariado privado.
Ricardo Cusanno, el empresario más joven en ocupar la presidencia de Fedecámaras, conversó con la mesa de redacción de Banca y Negocios sobre diversos temas relacionados con la actualidad política y económica, así como sobre las perspectivas que se perfilan para el país. Debido a lo extenso del diálogo, esta entrevista se presentará en dos entregas.
ByN: -Ya que la vacunación contra la covid-19 es la prioridad inicial. ¿Cuál es el rol concreto que va a asumir, o se espera que asuma, el sector privado en ese proceso?
Ricardo Cusanno (RC): -Como ocurre en otras partes del mundo, y entendiendo las calamidades que viven las arcas del sector público por las razones que ya sabemos, la empresa privada, aquella que pueda, la que esté en capacidad y tenga la voluntad, porque este proceso no puede ser obligatorio, puede acceder a la vacuna para los trabajadores e incluso para sus familias, entendiendo que esto no es solo un elemento de responsabilidad social empresarial, sino que también es una inversión de cara a la reactivación económica. Pero, no se trata de que cada empresario salga por su cuenta a buscar una vacuna, porque se necesita un proceso de certificación y una logística compleja.
La idea básica es que los empresarios entren en un proceso coordinado con el estado de certificación y distribución de las vacunas. «La empresa privada venezolana, me atrevo a decirlo, junto con la Fuerza Armada, son las dos únicas instituciones que de una u otra forma tienen presencia en todo el territorio nacional. Existe una bodeguita en el pueblo más remoto del país, como puedes conseguir un componente de la Fuerza Armada; de manera que si esas capacidades se integran a un programa de vacunación, entonces podemos participar».
ByN:– ¿Y qué pasa con las empresas que no puedan entrar en el plan de vacunación?
Ricardo Cusanno (RC): –Efectivamente, hay empresas que no podrán por sus problemas, sus escasos flujos de caja y otras limitantes no podrán participar directamente en la vacunación. Para esos casos, Fedecámaras, con otros actores de la sociedad civil, podemos procurar, en espacios de organismos multilaterales, los fondos para un programa nacional de vacunación y, además, ayudar a que haya un consenso político para que un organismo multinacional, que puede ser un brazo de la ONU, sirva de coordinador del proceso, un veedor o un contralor que vigile el uso de los fondos específicos para este programa.
ByN: –¿Fedecámaras ha hablado con la oposición liderada por Juan Guaidó y con la Asamblea Nacional electa en 2015 para que se acuerde la liberación urgente de recursos para obtener vacunas? ¿Pueden servir de puente para ese consenso?
Ricardo Cusanno (RC): –Fedecámaras forma parte del Frente Amplio Venezuela Libre desde su constitución, y en ese espacio hacen vida algunos de los diputados electos en 2015, y hemos hecho ese planteamiento. Ahora toca tomar las decisiones, porque si bien se pueden conseguir los fondos en el exterior, lo cierto es que quien controla el territorio no es el señor Guaidó; entonces, tiene que haber un acuerdo político urgente entre ellos. Lo que decimos frente a los funcionarios y dirigentes del partido que tiene 20 años gobernando es exactamente lo mismo que decimos a los diputados de 2015 y a todos los partidos políticos.
«Hemos planteado posiciones sobre elecciones, sanciones internacionales y la reactivación de la economía. Como Fedecámaras, hemos hecho llegar nuestros planteamientos a instancias nacionales e internacionales. Hemos planteado, también, hablar con los influenciadores internacionales de ambas partes y con organismos internacionales, para que haya diálogo y acuerdos políticos en Venezuela», apunta el empresario.
– El espinoso tema del modelo –
Obviamente, los temas económicos, más allá de la contingencia sanitaria, dominan el nuevo ejercicio de diálogo entre el gobierno y el empresariado privado, largamente enemistados luego de la implicación de la dirigencia de Fedecámaras en los conflictos políticos de 2002 y 2003.
«Las posiciones públicas de Fedecámaras no surgieron con la reunión con el gobierno. Tenemos 20 años diciendo que la mayor sanción que tiene Venezuela es la ideologización de la políticas públicas que nos ha llevado, entre otras cosas, a una caída de 80% o casi 90% del Producto Interno Bruto, a perder 60% de las empresas y tener 5 millones de venezolanos en el exterior, que implica una gran pérdida de capacidades de inversión, de profesionales y oficios, de mano de obra calificada o no, y por qué no decirlo, de valores de familia, ciudadanía e integración», define su posición el titular de Fedecámaras.
ByN: -¿En términos concretos cuáles reformas o cambios aspiran ustedes que se materialicen, a partir de este proceso de diálogo?
Ricardo Cusanno (RC): –En términos muy concretos, simplificación de trámites administrativos; el desmontaje del andamiaje legal que convirtió en un hecho punible, casi delictivo a la actividad económica, de manera que sea rediseñado hacia un andamiaje que incentive. Pero no es solo una lista de leyes, sino la garantía de que se apliquen, que se terminen los obstáculos y trabas que generan profundas distorsiones en la relación entre Estado y empresarios.
«Hay que desmontar con urgencia, sin duda, la estrategia de encaje legal para que se reactive el crédito. Además, hay que dar soporte y certidumbre a la actividad con las divisas, para que la banca pueda operar con moneda extranjera entre entidades. Por otra parte, hay que terminar la inamovilidad laboral para permitir contratar al que realmente quiere trabajar».
Cusanno igualmente sostiene que hay que llegar a acuerdos concretos sobre la voracidad fiscal, especialmente en el ámbito de los impuestos municipales. «No puede ser que se aspire a soportar en las empresas una enorme burocracia».
Igualmente, el empresariado solicita agilizar mecanismos de facturación en el comercio y, muy importante, que se facilite la creación de empresas, «porque en Venezuela se necesitan, en promedio,180 días para constituir una compañía. Aquí los procesos son más costosos y más lentos. Esta es una tarea que debería digitalizarse», apunta.
ByN: –¿Cuál es la receptividad que han obtenido? ¿Cómo percibe la actitud del otro lado de la mesa?
Ricardo Cusanno (RC): –La verdad es que a muchos de ellos los habíamos visto en televisión y en Twitter. Pareciera que hay una voluntad de construir acuerdos, pero eso no se puede medir por un sentimiento, sino por los resultados. Por nuestra parte vamos a apostar para que los resultados lleguen. Yo no sé si por convicción o por las condiciones del momento, esperemos que también las palabras expresadas sean de verdadera voluntad de trabajo y de ejecución. No basta que reciban las propuestas y las discutan, sino que las ejecuten.
«Quisiera dejar muy claro y subrayar que sentarse a discutir o debatir con quién piensa distinto, a pesar de los ataques y agresiones que a lo largo de los años hemos recibido, no implica renunciar a nuestros principios y valores. Hemos reiterado claramente nuestras posiciones que tenemos desde siempre. Construir desde las diferencias, manteniendo los principios y valores, porque esos principios son para ponerlos en acción, para aplicarlos, y no guardarlos cobardemente como lo hacen los más moralistas que, al final, lo que hacen es hablar por las redes».
– Lo principal es defender la paz –
ByN: –¿Usted ve factible un proceso amplio de diálogo político en Venezuela, más allá de la salud y la economía?
Ricardo Cusanno (RC): – Parte del trabajo que proponemos en el diálogo sobre los temas de salud y economía es que se concluya un diálogo político. Claro que es esencial llegar a acuerdos sobre cómo reactivar la economía o resolver la situación de la salud, pero esas son discusiones de carácter parcial, pero hay que pasar de estos acuerdos parciales a convenios estructurales e integrales y eso lo va a lograr solo la política.
«Entendemos los procesos de reinstitucionalización, de restablecimiento de un orden democrático, que garantice nuestros derechos sociales, económicos y políticos sobre la base de un diálogo, del ejercicio de una política adulta. Por eso analizamos esos procesos en otros escenarios, como Colombia, Irlanda del Norte o Túnez, ya que nos preocupa que se pierda la esencia de que los problemas se resuelven solo con mecanismos pacíficos, porque si perdemos la paz, lo perdemos todo».
«Con esto quiero decir que estamos de acuerdo con ese proceso de diálogo, creemos que es posible, pero hay que procurarlo, y en eso andamos con esta forma de enfrentar los temas humanitario y económico, porque nos preocupa que nos metamos en un conflicto más profundo del que ya tenemos, porque ya hemos venido con acciones hostiles de quienes detentan el poder, y si la respuesta también es de hostilidad, no estamos logrando resolver los problemas», asevera.
ByN:– ¿Qué opina usted de la participación de la comunidad internacional en ese proceso, sobre todo por los efectos de las sanciones sobre la situación crítica que vive la mayoría de los venezolanos?
Ricardo Cusanno (RC): – La comunidad internacional tiene que seguir ejerciendo presiones para que los actores políticos se sienten a negociar, y que sea garante y promotor de espacios, además de ayuda técnica, pero otros países no pueden ser los decisores. Los decisores tienen que ser los venezolanos.
«Y voy más allá, esa negociación, diálogo, discusión, acuerdo político, tiene que darse entre políticos, pero ellos no pueden tomar las decisiones solos, porque en el pasado, como ocurrió en República Dominicana, Barbados, Oslo e infinitas reuniones secretas en Venezuela, todas las decisiones las tomaban solos. Y, está bien, ellos pueden tomar las decisiones que les competen, como la conformación del CNE, cronograma electoral, restitución de partidos judicializados, pero para los temas económicos tienen que consultar con los empresarios y los trabajadores; para los temas humanitarios tienen que hablar con los organismos de la sociedad civil que enfrentan esa crisis directamente, porque de lo contrario lo que ocurre es que vienen más agresiones, con daños colaterales que afectan a todos los ciudadanos desde las políticas públicas y el régimen sancionatorio externo. No se puede satanizar el diálogo, porque otras soluciones no las compartimos. No darían sustentabilidad a ningún acuerdo», concluye el presidente de Fedecámaras.
Fuente: Banca y Negocios