Todas las transformaciones sociales históricas han generado conflictos y grandes mortandades. De hecho el propio Marx señaló a la violencia “como la partera de la sociedad vieja” y es que si medimos los grandes acontecimientos históricos en número de muertos nos encontramos con que mientras mayor es el impacto de la transformación más aterradoras resultan las matanzas, a continuación algunas cifras.
La Revolución Francesa que trajo consigo la instauración de las repúblicas generó al menos 15 mil asesinatos directos. Hechos que culminaron con la muerte de más de 3 millones de personas en las guerras napoleónicas. la Revolución Bolchevique, proceso que trajo consigo la instauración del primer sistema socialista probablemente dobló esa cifra, y luego se triplicó en millones de muertes producto de la Segunda Guerra Mundial, no del modelo que implementaba. Mientras que el proceso de independencia nacional, aunado a la Guerra Federal superó los 700 mil muertos. Datos que se hacen importantes para entender la magnitud de la actual Asamblea Nacional Constituyente. Prosigamos.
La represión en Venezuela durante el puntofijismo superó los 5 mil asesinatos. La invasión de Panamá superó las 4 mil muertes. La dictadura en Argentina superó los 30 mil desaparecidos. La dictadura instaurada en Chile a partir de 1973 superó los 40 mil asesinatos. La guerra civil colombiana a partir del Bogotazo supera las 220 mil muertes. Y aunque miles quisieran que nuestro destino sea igual a los comuneros de París, nosotros insistimos en cambiar la sociedad actual por la vía pacífica.
Disculpen lo odioso de cuantificar los saltos históricos en número de muertes. Pero es que si al caso vamos, Venezuela tiene más recursos naturales, condiciones geográficas, principios e ideales que los que han generado todas las guerras promovidas por los intereses imperiales a lo largo de la historia de la humanidad. Además de ser vanguardia en el nuevo modelo constitucional que hoy se estudia en el mundo entero. Por menos que eso fueron exterminados pueblos enteros por los imperios romano, persa, árabe, mongol y el de los EEUU, o alguien tiene dudas que los pueblos libio, iraní o afgano están destruidos.
Sin embargo, nosotros, luego de casi 20 años y la muerte de nuestro líder supremo seguimos ondeando nuestra bandera de respeto a nuestra soberanía y de una nueva sociedad participativa y protagónica ante el imperio más hostil de toda la historia humana. Imperio que ya nos acusó de ser su amenaza extraordinaria. Porque ciertamente nuestro modelo democrático participativo y protagónico de implementarse en el mundo pondría en jaque la moribunda democracia representativa burguesa. Motivos que explican por qué esta ha levantado todos sus organismos mundiales contra nosotros y nos atacan de forma despiadada. Entendiendo que la única forma de derrotarnos es dividiéndonos y algunos camaradas, tal vez ciertamente muy chavistas, caen redonditos en el viejo método imperial.
Hoy, a pesar del cruel bloqueo y la hostil guerra de precios, nuestro modelo de democracia chavista se ve y se ejerce diariamente en nuestros barrios, campos, caseríos, calles, metro, parques, plazas y hasta en tascas. Incluso en los medios digitales, prensa escrita, radio, televisión tanto privados como del Estado y no genera ni un solo muerto ni un perseguido ni desaparecido. Nadie escapa a la nueva sociedad empujada por Chávez, y así les guste a algunos o no, la sigue empujando Nicolás Maduro, mientras enfrenta todas las embestidas imperiales sin caer en el terreno de la derecha ni de la radicalización de izquierda a la que pretenden que lleguemos para que inicie ya la confrontación convencional financiada por el imperialismo.
En fin sumando todas las muertes originadas desde la heroica rebelión militar del 4 de febrero de 1992, los del golpe de 2002, los asesinatos selectivos y los ocasionados por la estética contrarrevolución 2013, 2014 y 2017 no se llegan ni a mil muertos, y esto es decir bastante, dadas las tres constituciones en el mundo que hemos parido. El movimiento bolivariano mundial que sigue constituido y la esperanza permanente que seguimos siendo para el mundo, tal vez nuestra corta vida biológica, en comparación con los largos períodos históricos, no nos permita verlo así. Pero es necesario un esfuerzo para entender el inmenso avance que significa para la humanidad seguir impulsando una verdadera democracia participativa y protagónica bajo un total clima de paz, a costa de aguantar tan solo un poco más. Concluyo.
No es posible la existencia del capitalismo sin un Estado, como de la misma forma no es posible el socialismo ni mucho menos el comunismo con este Estado. Si algo está haciendo la ANC y el presidente Maduro es permitiendo que estas contradicciones se manifiesten de forma pacífica, impactando en la conciencia crítica del ser social, mientras transforma el horror de la muerte en la resistencia valiente de un pueblo. Trasladando el escenario de guerra convencional, al de guerra de resistencia donde cada día que nos mantenemos juntos seguimos salvando vidas y derrotando los planes hegemónicos del imperialismo. Tal vez a algunos no le parezca mucho, pero visto en proporciones de muertes en procesos históricos, desde mi humilde punto de vista, solo este año han hecho bastante. Por ello gracias ANC y gracias Nicolás. Ambos actores en dimensiones históricas, estoy seguro como lo dijo nuestro Fidel, serán absueltos.