El Gobierno espera dilucidar el tema de los precios acordados en el corto plazo para un conjunto amplio de bienes y servicios priorizados, que lucen desbordados y, por ende, fuera del poder adquisitivo del consumidor. Ayer el equipo gubernamental vinculado a la producción, especialmente en el área de alimentos, abordó el tema, para lo cual representantes de los organismos públicos fueron convocados a la Vicepresidencia de Economía Productiva, a cargo de Wilmar Castro Soteldo, según conocimos de una fuente oficial.
No obstante, según trascendió, la situación hacia lo interno pareciera estar “fuera de control”, toda vez que una cosa es sentarse a analizar los costos de producción de las distintas empresas públicas y privadas, y otra la realidad que se vive “puertas afuera”, a lo largo y ancho del país, en los campos y sembradíos, en las fábricas y en las distintas estanterías de los expendios, en aquellas que lucen abastecidas y las que no lo están, pero que en común exhiben unos precios que no están al alcance del bolsillo del consumidor.
El encuentro de este miércoles en la Vicepresidencia Económica es consecuencia de lo que se manifestó días antes del asueto de Carnaval, cuando surgieron discrepancias por decisiones inconsultas entre la Corporación Venezolana del Café, a cargo de Alfredo Mora y la Sundde, que dirige William Contreras, en cuanto al abastecimiento, la producción y los precios acordados para el sector cafetalero, que no es el único “y que es común para otros sectores productivos”, se nos precisó.
Por separado, ayer el sector productivo privado también estaba reunido abordando esta problemática, y se estima que para hoy jueves puedan hacerlo con la vocería oficial.
Incluso en esta temática, se nos indicó, tiene un papel preponderante la Gran Misión Abastecimiento Soberano, bajo responsabilidad del General, Wladimir Padrino López, aunque oficialmente la decisión final de los precios acordados será a partir de ahora una tarea asignada a Tareck El Aissami, Vicepresidente Ejecutivo de la República.
Caso cafetalero
Un ejemplo palpable de lo que se vive con el tema de los precios, nos lo presenta nuestro vocero que ha participado en estas reuniones, quien cita el caso del café, en el que las empresas torrefactoras, públicas y privadas, no tienen acceso a la materia prima “que está retenida en los centros de producción. Gran parte de ella se va por los caminos “verdes y no verdes”, inexplicablemente, hacia Colombia o islas vecinas, incluso camuflajeada con otros alimentos y bienes”.
Sin duda, allí está presente la hiperinflación, definida ésta como el aumento acelerado de los precios, insostenible en el tiempo por los efectos devastadores sobre las condiciones de vida del pueblo de a pie.
Hasta días antes del asueto, y bajo la premisa de mantener un monto de 9 millones de bolívares para el quintal de café, los precios al público consumidor arrojaban un total de 460.000 bolívares por kilo.
Empero, lo cierto, se nos dijo, es que “estamos en presencia de una gran caída de la demanda de café, del consumo y de la producción”. Analistas sostienen que “los precios se elevan cuando hay escasez en los mercados, en este caso cafetalero, originado cuando aumenta la demanda de bienes (inflación de demanda) o cuando disminuye la oferta (inflación de oferta o de costos)”.
Nuestro informante nos señala que “por lo pronto, la presión la está recibiendo el equipo gubernamental que debe poner de acuerdo al sector empresarial privado, además de un consumidor que sigue recibiendo el impacto de unos precios especulativos diariamente.
Y ello sucede, con un tejido de leyes (8) de corte económico que se han aprobado desde la Asamblea Nacional Constituyente, “sobre todo la de Abastecimiento y Precios Acordados y sus conexas, que no rinden el fruto esperado”.