Alrededor de 10% de las estaciones de gasolina están funcionando, de manera limitada, en un mercado interno cuyo consumo habría llegado a un mínimo histórico de entre 10.000 y 15.000 barriles por día, según estiman fuentes internacionales del sector hidrocarburos, en medio de una emergencia sanitaria que, sin embargo, tiene el efecto positivo para el gobierno de Nicolás Maduro de permitir un manejo socialmente pacífico de esta situación aguda de escasez de combustibles.
Sin embargo, la consecuencia más grave que debe gestionar la administración es el incremento de la escasez de alimentos y otros bienes esenciales, como productos de higiene, que se puede derivar de los problemas que tienen las empresas productoras y distribuidoras para movilizar mercancía. Las advertencias y alertas de los gremios empresariales son constantes.
Comerciantes consultados por Banca y Negocios en el este de Caracas revelaron que, aunque mantienen líneas de suministro activas, el flujo de mercancía ha caído más de 40% en las últimas dos semanas, especialmente en hortalizas, frutas, azúcar y pollo. Estos pequeños empresarios temen que la situación se agrave si la cuarentena se prolonga por, al menos, 30 días más.
Una nota de Bloomberg hace la crónica de cómo los militares se han convertido en severos administradores de las «gotas» de gasolina que quedan para el consumo en Venezuela, pero a la vez revela que ha surgido un creciente mercado negro, que ha llegado incluso a la capital, donde el litro de gasolina se puede cotizar en 1,50 dólares (US$5,67 por galón).
La situación es tan desesperada que Pdvsa ha ofrecido a comerciantes internacionales de combustibles operaciones de trueque que consisten en intercambiar un barril de gasolina por hasta tres barriles de crudo entregados una semana después de que se descargue el carburante, pero las sanciones estadounidenses han obstaculizado la mayoría de estas transacciones, según la agencia estadounidense.
Productores agropecuarios del estado Portuguesa informaron a Banca y Negocios que el litro de gasolina «bachaqueada» puede llegar a costar 5 dólares. El suministro de gasoil todavía es más regular y, por ejemplo, un difícil período de zafra de caña de azúcar pudo concluir, aunque con el menor arrime a los centrales en décadas, indican los consultados.
– La cotidianidad aún más afectada –
De acuerdo con la nota de la agencia estadounidense, hace más de cinco semanas que el país no recibe gasolina, pero aparentemente se esperan algunos cargamentos que podrían aliviar la situación durante las próximas semanas; claro, si se mantiene la cuarentena nacional. El gobierno de Maduro ha insistido en que esta medida de aislamiento social es esencial para «aplanar» la curva de contagio, e impedir que la pandemia se propague sin control en el territorio nacional.
Según la nota de Bloomberg, los servicios de delivery se han multiplicado en las principales ciudades del país; sin embargo, «a medida que los comercios y restaurantes ven a los clientes disminuir en número por la cuarentena, confían aún más en los servicios de entrega. Pero la escasez de combustible los ha golpeado fuertemente. Las empresas programan varios días a la semana para llenar los tanques de sus redes de motocicletas. El suministro a motociclistas se han limitado a tan solo 5 litros (poco más de 1 galón) por unidad».
La agencia Reuters se decantó, también en clave de crónica, por otro ángulo de la crisis: los problemas del personal sanitario, que debe actuar en la primera línea de combate para prevenir la expansión del coronavirus, para movilizarse.
«La escasez de combustible en Venezuela está complicando que los médicos lleguen a sus trabajos y los deja atascados en enormes filas para repostar gasolina, en momentos en que el brote de coronavirus amenaza con abrumar a una nación con un sistema de salud que ya estaba en crisis», dice la nota de la agencia británica.
– Una crisis que llega lejos –
Venezuela fue un exportador de combustibles hasta hace al menos 10 años, pero, a medida que se ha venido paralizando el aparato refinador de Pdvsa, cuya capacidad asciende a 1.300.000 barriles por día solo dentro del territorio nacional, la situación se fue haciendo cada vez más precaria, a tal punto que hoy el país es prácticamente un importador neto, que requiere comprar más de 50% del carburante que necesita para movilizar a su población.
Considerando el progresivo deterioro del parque automotor en todos sus segmentos, Venezuela ha pasado de niveles de consumo interno de 300.000 barriles por día en 2012, a volúmenes que, según fuentes internacionales, han llegado a ser inferiores a 10.000 barriles diarios.
Antes que se decretara la cuarentena nacional el pasado 17 de marzo, ya el consumo interno de gasolina venía cayendo aceleradamente, por lo que hasta el ex ministro de Petróleo, Rafael Ramírez, pronosticaba que sería necesaria una política de racionamiento severo. De hecho, la demanda interna bajó de una estimación de 124.000 barriles diarios en febrero a un promedio de 60.000 barriles a principios del tercer mes del año.
Fuente: Banca y Negocios