La Organización de Estados Americanos (OEA) fracasó el miércoles en emitir una declaración formal condenando al Gobierno venezolano por su manejo de la crisis política y económica en el país sudamericano, a pesar de los esfuerzos de última hora de México y Estados Unidos.
Sin embargo los países miembros se comprometieron a seguir impulsando el tema hasta que la crisis en Venezuela, donde al menos 75 personas han muerto en más de dos meses de protestas, se resuelva pacíficamente.
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, es acusado por sus opositores de dirigir al país miembro de la OPEP hacia una dictadura, retrasando las elecciones, encarcelando a activistas de oposición y presionando para reformar la Constitución.
El canciller mexicano, Luis Videgaray, dijo a la prensa que la posición de su país sobre Venezuela “es una posición que no vacilará, es una posición que dice que la democracia representativa es la única forma de gobierno aceptable en el Hemisferio Occidental”.
Videgaray y el secretario general de la OEA, Luis Almagro, reiteraron el llamado a Venezuela para que establezca un calendario electoral, el respeto de los derechos humanos, la liberación de los presos políticos y el respeto a la autonomía de la legislatura.
Los ministros de Relaciones Exteriores de los 34 países de la OEA no lograron acordar una resolución que reprendiera formalmente a Venezuela, durante la asamblea general de tres días en Cancún.
También fracasó el esfuerzo de un grupo de países, encabezados por Estados Unidos, México y sus aliados regionales, de incluir una declaración sobre Venezuela al incluirla en una resolución más general sobre los derechos humanos.
A lo largo de las sesiones de la OEA, la ministra de Relaciones Exteriores de Venezuela, Delcy Rodríguez, luchó contra los intentos de reprender a su nación.
Rodríguez abandonó su cargo el miércoles para postularse a un asiento en la Asamblea Nacional Constituyente, una controversial propuesta que defiende como la única vía para restablecer la paz en el país.
Veinte países respaldaron el lunes un proyecto de resolución sobre la crisis en Venezuela, que quedó por debajo de los 23 votos necesarios.
Maduro acusa a los opositores de buscar su derrocamiento con el apoyo estadounidense y ha pedido la creación de una Asamblea Constituyente, con poderes para reformar la Constitución, en una votación programada para finales de julio.