Todos perderían en caso de una guerra comercial, advirtió el miércoles el director de la Organización Mundial del Comercio (OMC), a cientos de metros de la Casa Blanca de Donald Trump, quien comenzó las hostilidades.
Roberto Azevedo, quien desde 2013 dirige la OMC, atacada como muchas otras organizaciones internacionales por el presidente de Estados Unidos, reconoció que se necesitaban reformas, pero rechazó a quienes acusan al comercio internacional de ser la principal causa de los puesto de trabajo perdidos, reseñó AFP.
Un argumento a menudo usado por el inquilino de la Casa Blanca. “El sistema podría ser mejor”, reconoció Azevedo en un discurso en el que elogió la voluntad de los países del G20 para reformalo en una cumbre el fin de semana pasado en Buenos Aires.
“Debemos eliminar la idea de que el comercio internacional es una ecuación que hace que haya un ganador y un perdedor”, pidió, en referencia a la filosofía de la administración Trump, aunque sin nombrarla.
Desde que asumió el cargo en enero de 2017, Trump ha incrementado las acciones unilaterales, denunciando un tratado comercial aquí e imponiendo aranceles allí para corregir el déficit comercial de Estados Unidos, que ve como un signo de debilidad. En opinión de Azevedo, “todos pueden disfrutar” de los beneficios del comercio.
El director de la OMC mostró su satisfacción por la tregua comercial temporal alcanzada entre China y Estados Unidos en una reunión entre Trump y su homólogo chino, Xi Jiping.
En ausencia de un acuerdo, el crecimiento global está en peligro, según Azevedo. “El resultado de todas las simulaciones es que el comercio y el crecimiento se desacelerarán y todos los países, sin excepción, perderán en una guerra comercial global”, advirtió.
Un mensaje que repiten también el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.Azevedo reconoció la ansiedad de una economía en crisis, pero consideró que el cambio tecnológico es la causa de la pérdida de empleos.
Por el contrario, el comercio es “un motor de crecimiento, productividad, innovación y creación de empleo”, matizó.
Un mensaje que no se escuchará en la Casa Blanca o en las antiguas cuencas industriales de Estados Unidos, que durante años han visto cómo los empleos se van a México o China.
Pero Azevedo es optimista después de su paso por el G20: “Estoy convencido de que esta es una oportunidad, ya que solo hay una por generación para reformar el sistema comercial internacional”.