El diálogo entre el gobierno chavista y la oposición se convierte en un «misterio» donde las estrategias de propaganda son más visibles que los resultados.
Mientras el presidente de la Asamblea Nacional y mandatario encargado reconocido por más de 50 países, Juan Guaidó, agradeció cortesmente al gobierno noruego su iniciativa de mediación, pero sin indicar claramente si continuaría en el proceso, Nicolás Maduro se declaró «optimista» sobre los avances que le reportó Jorge Rodríguez, su ministro de Comunicación y jefe de la delegación que fue a Oslo.
Fuentes partidistas de oposición señalaron a Banca y Negocios que el sector democrático, mayoritario en el parlamento, volvería a participar en el proceso propuesto por la cancillería noruega, pero no de manera indefinida. Concretamente, precisaron que existe la firme determinación de no permitir que Maduro gane tiempo, y así se indicó a los mediadores europeos.
Las elecciones son el problema medular. Definitivamente, el madurismo se niega absolutamente a viabilizar una elección presidencial, supervisada o no, e insisten prácticamente como única condición que el mandato de Maduro sea reconocido, a cambio de reconocer la legitimidad del parlamento, pero sin comprometerse, tampoco, a disolver la Asamblea Nacional Constituyente de mayoría chavista.
Las fuentes consultadas indican que, a diferencia del talante dialogante que postula Maduro en sus alocuciones públicos, lo que hubo en las conversaciones fueron demandas del equipo de Rodríguez, sin prácticamente ninguna oferta concreta que aportara a un avance.
Para la oposición la rémora del proceso de República Dominicana lastra la iniciativa Noruega, y más aún si Jorge Rodríguez es el interlocutor líder, pues no genera ninguna confianza en la mayoría de la dirigencia de la coalición democrática.
Por el momento, no se sabe si las conversaciones continuarán y las partes asumieron, en todo caso, un compromiso de reserva para facilitar el proceso; sin embargo, las fuentes consultadas indicaron que no es cierto que Jorge Rodríguez haya sido el artífice de la iniciativa, como postula Maduro, sino los gobierno de la Unión Europea que, a través del Grupo de Contacto, intentan mantener vivo este proceso.
Tanto pública como extraoficialmente, el mensaje de la oposición es que se mantiene la vía de tres pasos propuesta por el mandatario interino reconocido por más de 50 países, Juan Guaidó, y, hasta ahora, ninguno de estos tramos es negociable, pero, en algunos grupos del sector democrático, se postula la idea de que si se abre una vía expresa y conveniente hacia un proceso electoral, esta se debe transitar.
Al final, parece haber consenso en jugar «en todos los tableros».