“Este hombre que está aquí, presidente de la República Bolivariana de Venezuela, en pleno ejercicio de su cargo, hará todo lo que esté a mi alcance para que, ojalá, la nueva administración en EEUU rectifique los errores y fracasos que han sido las políticas de George W. Bush y Barak Obama y se inicie una nueva etapa de comunicación, diálogo, respeto y no intervencionismo en los asuntos internos de nuestros Estados”.
Así lo ratificó, textualmente, el Presidente Nicolás Maduro Moros, al expresar su disposición permanente de diálogo y buenas relaciones con todos los países del mundo, en especial con la potencia mundial norteamericana, que este viernes 20 de enero inauguró una nueva presidencia a cargo del magnate Donald Trump.
Durante el programa semanal Los Domingos con Maduro, realizado desde Cotiza en Caracas, el Jefe de Estado hizo un repaso de las prácticas imperialistas de los gobiernos que antecedieron a Trump, y las ilegales intervenciones contra Venezuela.
Recordó que el presidente Chávez fue agredido permanentemente por el gobierno de George W. Bush y el de Obama, y ambos mandatarios habían expresado públicamente que no estaban interesados en afectar a Venezuela, pero la realidad descubrió sus mentiras.
“Vamos a acabar el intervencionismo en América Latina, dijo Obama y Chávez le dijo: muy bien, excelente. Seguiremos con nuestras diferencias…pero una cosa es eso y otra que se meta en asuntos internos”, explicó Maduro, relatando la experiencia como canciller de Chávez en aquellas conversaciones que se dieron el 17 de abril de 2009, en una Cumbre de Trinidad y Tobago.
Pero, las decepciones y las mentiras cayeron rápido: el 28 de junio de ese año impulsaron el Golpe de Estado en Honduras, el 30 de septiembre de 2010 intento de asesinato del presidente Rafael Correa con el golpe frustrado en Ecuador, el 21 de junio 2011 con el golpe de Paraguay y en 2016 el golpe de Estado en Brasil contra Dilma Rousseff.
“Y tengo las pruebas en mi mano y estoy seguro que más temprano que tarde se desclasificarán los documentos donde, lamentablemente, el gobierno de Barak Obama superó al gobierno de George W. Bush en el intento de intervencionismo y querer arrodillar a Venezuela a los intereses de EEUU”.
“No pudo Obama. Venezuela salió victoriosa de esas conspiraciones. Y del coletazo brutal de diciembre-enero salimos victoriosos”, recordó sobre el secuestro de los billetes de cien y el contragolpe que la Revolución Bolivariana efectuó contra las mafias colombianas.
Recordó también que, como presidente de Venezuela, habló personalmente con Obama el 11 de abril de 2015 en Panamá, cuando le dijo todas las verdades a su cara, entre otras cosas.
“Tengo que decirlo, por iniciativa de él, porque me llamó y fui a su encuentro con humildad, porque quien está aquí parado es un obrero de a pie, no me creo más que nadie ni me creo emperador ni predestinado a nada. Soy un revolucionario, con una misión que me dejó Chávez y la cumpliré hasta las últimas consecuencias. Que nadie se llame a engaño conmigo ni con nosotros”.
Maduro recordó que Obama prometió que todos esos temas serían resueltos e incluso enviaba a Thomas Shanon para solucionarlos, pero al poco tiempo decidió firmar el decreto infame que declaraba a Venezuela como amenaza inusual y extraordinaria para EEUU.
“Y los 33 países de América Latina y el Caribe le pidieron, le exigieron, que derogara ese decreto. La ONU se lo pidió y al final se impuso la soberbia y el desprecio”.
El Jefe de Estado se preguntó qué pasaba en la cabeza de Obama para odiar tanto a Venezuela y porqué hizo tanto daño al país en lo que ahora es su perverso legado al dejar la presidencia de EEUU.
“Ahora, paso la página; Obama es historia pasada ya, llegó Trump. No nos apresuremos ni para lo malo ni para lo bueno pero no nos hagamos falsas expectativas”, exhortó el Presidente Maduro.
“Mientras tanto sigamos como vamos, caminando, avanzando, trabajando, luchando con la tarea económica de recuperar las fuerzas productiva y avanzar en 2017”, invitó, enumerando las tareas y el desarrollo del trabajo que se inició para salir de los males causados por la injerencia imperial y sus lacayos internos.