El control de cambio está plenamente vigente, pero, después de 16 años, el pasado 13 de mayo se produjo una modificación histórica, ya que debido a las sanciones estadounidenses en su contra, el Banco Central de Venezuela traspasó a la banca la operación del mercado de compraventa de divisas.
Transcurrido el primer mes de operaciones, el precio del dólar surgido de las mesas cambiarias del sistema financiero subió 18,66%, mientras la paridad paralela escaló 26%, según la cuenta de Twitter PromedioDólarVE, que sigue cinco de los tipos de cambio no oficiales más utilizados.
A pesar de que el Banco Central de Venezuela mantiene una fuerte restricción sobre la liquidez, a través del encaje legal bancario, el tipo de cambio paralelo siguió subiendo de manera prácticamente constante, aunque con menor velocidad, al tiempo que el movimiento de los precios en las mesas cambiarias no fue capaz de servir de competidor real.
De hecho, al cierre del primer mes de operación de las mesas cambiarias la brecha entre la paridad oficial y la paralela alcanzó a 1.058,59 bolívares, que equivale a un diferencial de 16,95% a favor del mercado no oficial.
Sin embargo, la volatilidad que se produjo durante el mes, especialmente en el mercado paralelo, hizo que, en promedio, el diferencial de precios fuese de 572 bolívares, que equivale a 9,59%
El resto de las entidades se fue incorporando paulatinamente, mientras las operaciones estaban básicamente constituidas por transacciones de menudeo, un fenómeno que se explica como resultado del incremento de las remesas que llegan al país, enviadas por venezolanos residenciados en el exterior, y porque existe la práctica extendida de compensar en dólares a ciertos trabajadores en las empresas.
Existen diversas estimaciones sobre el monto global de recursos que entran al país como remesas; sin embargo, de todas las cifras disponibles se puede concluir que, en 2018, entraron entre 900 y 1.100 millones de dólares. Para el cierre de 2019, las estimaciones se mueven entre 1.600 y 2.200 millones de dólares.
En cuanto al comportamiento de los bancos en el mercado, 11 entidades tuvieron una presencia más permanente en el primer mes de operaciones, si se hace caso al modelo de reporte del BCV, que diariamente destaca entre cinco y seis instituciones y al resto las agrupa como «Otras Instituciones Financieras», con el criterio de que estas registran menores volúmenes transados.
Algunos grandes bancos comenzaron a operar luego de dos semanas de actividad, de acuerdo con los registros publicados del organismo emisor, por lo que los crecimientos porcentuales de sus paridades de compra y venta son inferiores a los de las entidades que estuvieron en más jornadas.
El sistema financiero estatal estuvo presente básicamente a través del Banco de Venezuela, aunque el Banco del Tesoro apareció en unas pocas jornadas. De los bancos incorporados más tarde, destacan los casos de Banplus y Banco Venezolano de Crédito, cuyas tasas cambiarias subieron muy por encima del promedio de instituciones que estuvieron el mismo lapso en el mercado, con variaciones de 16,82% y 17,05%, respectivamente.
Al cierre del primer mes de mesas cambiarias, el resultado puede ser calificado de positivo, aunque el mercado paralelo conserva todos los incentivos para seguir siendo el más representativo. La restricción de liquidez que aplica el Banco Central de Venezuela, precisamente para erosionar la demanda del que los decisores chavistas siguen llamando «dólar criminal», no está dando el resultado deseado, pero no parece probable un cambio de estrategia, al menos en el corto plazo.
La dolarización de facto que vive la economía venezolana indica que, más allá de las camisas de fuerza, los precios del dólar, tanto el oficial como el paralelo, seguirán subiendo. Y todavía existe un amplio espacio para el alza, porque, a juicio de la mayoría de los economistas, la divisa estadounidense sigue siendo un bien barato.