La industria tecnológica de Latinoamérica alcanzó un número récord de acuerdos de capital de riesgo en el último trimestre, al tiempo que algunas de las startups más valiosas de la región vieron crecer sus negocios, según deja ver el nuevo informe publicado por TheVentureCity, un equipo de inversionistas que aportan internacionalmente en empresas de software ubicadas en Estados Unidos, América Latina y Europa.
A pesar de las crisis económicas y la ola de protestas que se sucedieron en varios puntos de Latinoamérica durante este año, inversionistas de todo el mundo decidieron destinar más de 7.200 millones de dólares al desarrollo de empresas tecnológicas latinoamericanas.
La escena de las startups en Latinoamérica sigue creciendo, atrayendo a fondos extranjeros que alguna vez la consideraron un remanso tecnológico con pocas empresas con suficiente potencial digno de inversiones. La fintech con sede en Brasil Nubank, la startup privada más grande de la región, ahora está valorada en 25.000 millones de dólares, convirtiéndola efectivamente en el Unicornio más valioso de América Latina.
Brasil fue, sin duda, el país que más inversiones tuvo, ya que concentró más de la mitad de todo el valor invertido por estos fondos en la región. Esto se debe probablemente a que Brasil tiene la mayor población y el PIB más alto de cualquier otro país de Latinoamérica. En tanto, México se consolidó al recibir una gran inversión para la startup de automóviles Kavak, quien lideró una ronda de inversión por 485 millones de dólares, consolidándose como líder en el mercado de automóviles usados para América Latina.
Latinoamérica y el emprendimiento
El ecosistema emprendedor tiene un efecto positivo en la economía. El desarrollo del emprendedurismo local orientado a innovación impulsó el crecimiento de la industria local de emprendedores, también conocidos como venture capital.
Esta es la opción principal que utilizan las empresas jóvenes, innovadoras y de alto riesgo. Se trata de un proceso en el que los gestores, que pueden manejar más de un fondo, definen la estrategia, reúnen inversores y seleccionan la cartera de emprendedores para realizar la inversión.
A diferencia de otras fuentes de financiamiento, como pueden ser los préstamos bancarios o créditos financieros, en estos casos el proceso no termina en la entrega del dinero; por el contrario, se brindan soportes como mentorías, guías que resultan clave y el acceso a redes locales e internacionales de valor para los emprendedores.
Fuente: El Nacional