La producción de crudo de Venezuela subió ligeramente en julio, aunque se mantuvo a un nivel históricamente muy bajo, al situarse en 339.000 barriles al día (bd), lejos de la media de 1,4 millones de bd (mbd) de 2018.
Esas son las cifras actualizadas que publica este miércoles la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en su informe mensual, calculadas con base en estimaciones de “fuentes secundarias”, es decir, de varios institutos independientes.
El documento también incluye los volúmenes reportados oficialmente por los gobiernos de sus 13 países miembros, que difieren de los anteriores cálculos.
Así, según el Gobierno, el bombeo de la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa) se situó el mes pasado en los 392.000 bd, nivel superior al de las “fuentes secundarias”, pero ligeramente inferior al registrado el mes anterior, de 393.000 bd.
Sea como sea, ambas estimaciones reflejan la grave crisis que atraviesa la industria del país, uno de los miembros fundadores de la OPEP.
A la difícil situación de todo el país y las sanciones de Estados Unidos que lastran aún más la economía, se ha sumado la crisis desatada por la pandemia del coronavirus y el desplome que ha causado en los precios del crudo, principal fuente de ingresos de Venezuela.
Al igual que en el resto del planeta, el consumo petrolero cayó en toda la región de América Latina, reflejan los datos del informe respecto a mayo.
“Brasil encabezó la disminución de las necesidades de productos petroleros en América Latina. Se registró una caída interanual de alrededor de 0,8 mbd interanual para toda la región, y de 0,2 mbd respecto al mes anterior”, precisa.
En este contexto, los expertos de la organización recuerdan que Brasil, Perú, Colombia, Argentina y Ecuador son los países con los mayores números de casos de covid-19. “Se prevé que se encuentren en recesión económica en 2020”, advierten.
“La actividad manufacturera se desplomó como resultado de los cierres regionales de las actividades económicas y los mayores efectos se sintieron en el sector del transporte”, añaden.
De cara al futuro, la OPEP dice esperar que las actividades económicas en América Latina se vean presionadas por varios factores: “Entre ellos el aumento de los casos de covid-19, las tensiones políticas y la debilidad del valor de las divisas, que afectan al mercado laboral y moderan la confianza de los consumidores”.
Ante este panorama, prevé que la demanda de petróleo tendrá dificultades durante lo que queda de 2020; y aunque se esperan signos de una recuperación lenta y gradual, supone que la demanda general se mantendrá en territorio negativo.
Un aumento del consumo petrolero es previsible hacia 2021 a pesar de que continuarán los riesgos para la economía regional.
Respecto a la producción de crudo en la región, tras caer en 530.000 bd en el segundo semestre de este año, hasta 5,81 mbd (sin incluir a Venezuela), se pronostica que aumentará en 140.000 bd durante el segundo semestre y en otros 260. (Online Pharmacy) 000 bd en 2021, cuando totalizaría los 6,45 mbd.
Fuente: El Nacional