Los ministros de Defensa de la OTAN acordaron este jueves crear un fondo y una reserva de material médico para emergencias como una eventual segunda oleada de coronavirus, el primer plan de esta naturaleza que impulsa la Alianza en sus 71 años de historia.
“La OTAN se prepara para una posible segunda oleada de COVID-19. Nuestros ministros de Defensa han acordado un nuevo plan de operaciones, una reserva de equipos médicos y un fondo para adquirir suministros médicos críticos”, informó el secretario general aliado, Jens Stoltenberg, en una rueda de prensa telemática al término de una videoconferencia de los titulares de Defensa aliados.
El político noruego explicó que ese fondo y esa reserva serán “flexibles” en función de las aportaciones de los países, y anunció que hoy ya algunos aliados anunciaron contribuciones, principalmente en especie, que “se entregarán muy pronto”.
“Ahora estamos creando los mecanismos para el fondo y la reserva. El tamaño que tendrá, es muy pronto para decirlo porque depende enteramente de los compromisos de los aliados”, comentó.
Stoltneberg dejó claro que es “esencial que esta crisis sanitaria no se convierta en una crisis de seguridad”, y recordó que tanto la OTAN como los Ejércitos aliados han jugado un “papel clave” a la hora de respaldar la respuesta civil contra la COVID-19.
Eso ha incluido, recordó, el transporte aéreo de suministros médicos esenciales, el traslado de pacientes y la construcción de hospitales de campaña.
“Autoridades médicas de todo el mundo han alertado de que podríamos ver una segunda ola de la pandemia. Así que la OTAN se está preparando para proporcionar un apoyo fuerte a los esfuerzos civiles, si eso ocurre”, recalcó el secretario general aliado, quien dijo que también se dispondrán a “responder a cualquier tipo de crisis sanitaria en el futuro”.
Otro asunto que trataron los ministros es la actualización de las directrices de resiliencia que la OTAN propone a sus miembros, para que protejan “infraestructura crítica” como el transporte civil, la energía o las telecomunicaciones.
“La resiliencia es nuestra primera línea de defensa, y nuestra seguridad colectiva depende de ella”, subrayó Stoltenberg.
La modernización de esas directrices se ha hecho para tener más en cuenta las amenazas cibernéticas, la seguridad de las cadenas de suministro y las consecuencias de la propiedad y control por parte extranjera de esos sectores clave.
Stoltenberg también destacó la cooperación entre aliados para contrarrestar la propaganda y desinformación, que ha repuntado durante la pandemia, y consideró que lo adecuado no es responder con la misma moneda sino con “hechos”: “Lo mejor para ello son los medios de comunicación libres e independientes”, apuntó.
Preguntado por un incidente entre un barco francés de la misión aliada “Guardián del Mar” en el Mediterráneo central con un embarcación turca, Stoltneberg afirmó que varios ministros aludieron hoy a ese tipo de tensiones en la zona, por donde transitan navíos dedicados al contrabando de armas y petróleo para nutrir el conflicto en Libia, y pidió que las autoridades militares aclaren los hechos.
Recordó que la OTAN apoya la aplicación de las resoluciones de la ONU sobre el embargo de armas que decretó contra Libia, y que “no solo apoyamos esa implementación sino también los esfuerzos de encontrar una paz negociada al conflicto”.
Actualmente la OTAN explora la posibilidad de respaldar a la misión de la Unión Europea “Irini”, iniciada en marzo para ayudar a hacer cumplir ese embargo de armas y de petróleo.
Fuente: Finanzas Digital