Banca y Negocios.- La búlgara Kristalina Georgieva se convirtió este miércoles 25 de septiembre en la nueva directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), tras la aprobación del Directorio Ejecutivo, y en sustitución de la francesa Christine Lagarde, informó la institución.
Georgieva, quien fue vicepresidenta de la Comisión Europea entre 2014 y 2016 y ocupaba el puesto de consejera delegada del Banco Mundial desde 2017, fue la única aspirante al cargo.
En sus primeras declaraciones, la nueva líder del FMI, segunda mujer al frente del ente multilateral, destacó que «es una gran responsabilidad estar al frente del FMI en un momento en que el crecimiento económico mundial continúa decepcionando, las tensiones comerciales persisten y la deuda está en niveles históricamente altos. Como señalé en mi declaración ante la Junta Ejecutiva, nuestra prioridad inmediata es ayudar a los países a minimizar el riesgo de crisis y estar preparados para hacer frente a las contingencias financieras que puedan ocurrir».
“El FMI es una institución única con una gran historia y un personal de clase mundial. Creo firmemente en su mandato de ayudar a garantizar la estabilidad del sistema económico y financiero mundial, a través de la cooperación internacional. De hecho, en mi opinión, el papel del Fondo nunca ha sido más importante».
Más adelante, Georgieva enfatizó que «no debemos perder de vista nuestro objetivo a largo plazo: apoyar políticas monetarias, fiscales y estructurales sólidas para construir economías más fuertes y mejorar la vida de las personas. Esto significa también tratar temas como las desigualdades, los riesgos climáticos y el rápido cambio tecnológico».
“Para nuestra disposición a actuar, salvaguardar la fortaleza financiera del Fondo es esencial, y también lo están mejorando sus esfuerzos de vigilancia y desarrollo de capacidades. Trabajando con mi equipo, mi objetivo es fortalecer aún más el Fondo haciéndolo aún más progresista y atento a las necesidades de nuestros miembros».
El FMI está conformado por 189 países y su misión es preservar la estabilidad monetaria a escala internacional, como resultado del orden económico que surgió en occidente después de la Segunda Guerra Mundial, expresado en los acuerdos de Bretton Woods, que dieron forma a una arquitectura económico financiera establecida en el marco de las Naciones Unidas.