El presidente electo de Estados Unidos Joe Biden presentará en la noche del jueves un paquete de ayuda económica que apunta a sacar a Estados Unidos de la peor crisis desde los años 30, cuando las cifras de desempleo empeoran por la pandemia de coronavirus.
«Es necesario gastar dinero ahora», dijo la semana pasada Biden sobre un plan que promete «miles de millones de dólares».
Un nuevo paquete de estímulo de 900.000 millones de dólares, con dinero directo a los hogares estadounidenses, fue aprobado a fines de diciembre. La cifra es insuficiente según el futuro presidente, que dijo varias veces que se trata de ayuda «a cuenta».
«Necesitamos más de una ayuda directa a familias y pequeñas empresas», añadió.
– Nuevo cheque –
Los estadounidenses, que desde inicios de enero reciben 600 dólares por persona en función de sus ingresos, podrían recibir, por lo tanto, un nuevo cheque.
Un monto de 1.400 dólares es evocado como forma de llevar la ayuda total a unos 2.000 dólares, como lo desean los demócratas de Biden, pero también -en una rara sociedad- el presidente Donald Trump.
El senador republicano Marco Rubio, cercano al mandatario, envió el miércoles un correo a Joe Biden pidiéndole subir el monto de este cheque directo.
«Sería un mensaje fuerte al pueblo estadounidense si, desde el primer día de su Presidencia, llama (al Congreso) a aumentar el pago directo», de 600 a 2.000 dólares, pidió en su mensaje.
Las ayudas por desempleo deberían ser extendidas, así como el apoyo al pago de alquileres.
«Decenas de miles de millones de dólares» son necesarios según Biden para permitir a las autoridades locales y nacionales mantener el empleo de educadores, policías, bomberos y agentes de salud pública. También se necesitan fondos para permitir que las escuelas reabran, según el presidente electo.
El futuro presidente -cuyo partido Demócrata controlará ambas cámaras del Congreso- podría anunciar asimismo un aumento del salario mínimo federal a 15 dólares la hora, más del doble de los 7,25 dólares actuales.
«Digo desde hace tiempo que debemos recompensar el trabajo y no la riqueza en este país», señaló.
Se desconoce si Biden, cuyo programa de campaña preveía un alza de impuestos para las grandes empresas del país y personas que ganan más de 400.000 dólares por año, hará anuncios sobre tributos.
Otra prioridad del futuro gobierno será acelerar el ritmo de vacunación contra el covid-19, ya que los economistas coinciden en que el ritmo de la reactivación seguirá al de la vacunación de la población.
De todos modos, se requerirán meses para que los restaurantes, bares, hoteles o compañías aéreas puedan recuperar un nivel correcto de actividad.
Janet Yellen, nominada a secretaria del Tesoro, encabezará las negociaciones con los legisladores.
– Desempleo duradero –
El nuevo paquete de ayuda apunta a evitar que la crisis se retroalimente, con un virus que restringe la actividad de las pequeñas empresas y provoca despidos, limitando los movimientos de compra, el consumo y golpeando nuevamente la actividad de las empresas.
Aunque el desempleo permaneció estable en diciembre en 6,7%, es el primer mes desde mayo en el que la situación no mejora.
Unos 18 millones de estadounidenses reciben ayuda por desempleo o pérdida de ingresos, considerando todos los programas vigentes.
Las solicitudes semanales de prestaciones por desempleo aumentaron drásticamente en Estados Unidos después de las vacaciones de fin de año, según datos publicados el jueves por el Departamento de Trabajo.
Del 3 al 9 de enero, 965.000 personas se registraron como desempleadas, frente a las 784.000 de la semana anterior, lo que representa un incremento de 181.000 en una semana, el mayor desde que comenzó la pandemia, informó el Departamento. Este aumento sorprendió a los analistas, que anticipaban cifras más bajas, de 780.000 inscriptos.
En marzo de 2020, Estados Unidos dispuso un plan de ayuda económica de 2,2 billones de dólares, luego extendido a 2,7 billones, compuesto por ayuda a los desempleados por la pandemia, préstamos a pequeñas empresas y cheques directos a las familias. Se trató del mayor plan de apoyo económico de la historia de Estados Unidos.
Fuente: Banca y Negocios