El Instituto de Altos Estudios Sindicales prepara un informe, que será elevado a la Organización Internacional del Trabajo, sobre las deplorables condiciones en las que trabajan en Venezuela los empleados del sector petrolero y que ponen en riesgo sus vidas.
En una reciente reunión sostenida por Nelson Landáez (Inaesin) con representantes de Fetranzoátegui, Fedepetrol, Pdvsa-Gas, Gente del Petróleo, Movimiento 1 de octubre y Alianza Sindical Independiente ASI, quedó de manifiesto una vez más el incumplimiento por parte de Pdvsa de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo (Lopcymat).
Desde 2014 se han ido documentando las deficiencias de la industria. El sistema de seguridad industrial presenta fallas en más de 50% tanto en la refinería de Puerto La Cruz como en el muelle de Guaraguao, donde hay equipos y unidades dañadas y los bomberos carecen de los implementos básicos para atender una eventual contingencia.
Esta situación no solo pone en riesgo a más de 4.000 trabajadores del sector, sino también a las comunidades aledañas.
Además de las condiciones inapropiadas para efectuar las labores, el personal se ha visto afectado por la diáspora, ya que se ve sobrecargado con las tareas que dejan quienes migran hacia otros países.
Solo en el estado Anzoátegui (oriente del país) renuncian al día entre siete y 12 trabajadores. En 2018 se contabilizaron más de 8.000.
A este cuadro se suma el descontento por los bajos salarios que perciben y que inciden en la ejecución de sus labores. La escasez de alimentos y el deterioro de los servicios públicos aumentan los gastos por ambos conceptos, en medio de una hiperinflación que destruye el poder de compra.
Las carencias han llevado a los trabajadores incluso a vender sus uniformes (bragas, botas, pantalones, guantes, mascarillas) para poder comprar alimentos, informaron los participantes de la reunión.
Inaesin recopila la información del sector para elaborar un informe a la OIT, entidad que exige estándares de condiciones laborales y medioambientales como un requisito para el desarrollo de un trabajo decente.