El Consejo Nacional de Economía Productiva sería el escenario en que se llegaría a un acuerdo sobre modificaciones al sistema cambiario que rige al país desde hace 13 años y nuevas medidas serían anunciadas por el presidente Nicolás Maduro el 6 de diciembre, pero ese día no ocurrió nada. Tampoco el 7 ni el 8 de diciembre. Así transcurrieron los días y 2016 terminó sin anuncios.
En una entrevista ofrecida a José Vicente Rangel, el ministro de Comercio Exterior, Jesús Faría, indicó que el gobierno de Maduro daría a conocer, el 6 de diciembre, medidas en materia cambiaria decididas con los empresarios. Estas tendrían como principal razón contrarrestar la “guerra económica”, a “Dólar Today” y los ataques que habría sufrido Petróleos de Venezuela.
Tal y como ocurrió el 17 febrero de 2016, cuando Maduro anunció que el Sistema Complementario de Administración de Divisas (Sicad), destinado a sectores prioritarios de importación de alimentos y medicinas, pasaba oficialmente de 6,30 a 10 bolívares. Mientras que el Sistema Marginal de Divisas (Simadi) se transformaba en un “sistema complementario flotante”. En ese momento, el jefe de Estado indicó que en los días siguientes explicarían el nuevo sistema.
Los anuncios sobre la explicación se volvieron anuncios que informaban que vendrían medidas. No fue hasta el 9 de marzo que el entonces vicepresidente de Economía Productiva, Miguel Pérez Abad, dio a conocer que hasta final de 2016 se mantendría vigente un control de cambio con dos tasas: Divisas Protegidas (Dipro), que se estableció en 10 bolívares, y Divisas Complementarias (Dicom), que inició en 206,92 bolívares y cerró el 30 de diciembre en 673,76 bolívares por dólar.
Lo dicho por Faría creó expectativa en los venezolanos, quienes esperaron que ocurriera algo parecido a la actuación del primer trimestre de 2016 y que al terminar el año se pudiera tener una política cambiaria distinta.
Aunque dentro del gobierno se manejó, después de los anuncios de Dicom y Dipro, una posible liberación del tipo de cambio, pero al mismo tiempo manteniendo los controles. El ex ministro Pérez Abad indicó, en una entrevista, en mayo que se tenía planeado liberar el sistema cambiario complementario. No ocurrió lo dicho por el ex jefe de la vicepresidencia económica, quien salió del Ejecutivo por varios meses y volvió, pero como presidente del Banco Bicentenario.
Mientras esperaban los anuncios de Maduro en diciembre, la Federación de Cámaras de Venezuela (Fedecámaras) indicó, en voz de su presidente Francisco Martínez, que los empresarios esperaban la unificación cambiaria como una de las medidas.
“Se debería unificar en un solo mercado y, por supuesto, con una sola tasa que obedezca a la oferta y la demanda que se debería tener de esa unificación cambiaria o un sistema que vaya progresivamente migrando de la multitasa a una tasa única”, explicó Martínez a Globovisión.
Para Fedecámaras, así se eliminarían las distorsiones macroeconómicas por tener varias tasas de cambio. Distorsiones que se acrecentaron en los últimos meses del año con el aumento de la cotización paralela y su consecuente disminución, para luego terminar 2016 con nuevos incrementos.
Además de Fedecámaras, los venezolanos también esperaron medidas cambiarias en el campo de los controles que directamente comprometen a los ciudadanos: los cupos.
En enero de 2014, comenzó la reducción del llamado “cupo viajero” que el gobierno autoriza. El mismo se situó entre 700 y 3.000 dólares (dependiendo del destino) para consumo con tarjeta de crédito. El “cupo electrónico” pasó de 400 a 300 dólares y el avance de efectivo, que era adicional, pasó a deducirse del monto aprobado.
Mientras que en 2015 el Centro Nacional de Comercio Exterior (Cencoex) publicó una providencia que regulaba el tema de los “cupos”. Se mantuvo un monto máximo anual de 3.000 dólares, pero de estos serían descontados todos los “cupos”. Además se redujeron los montos para viajes al exterior (dependiendo del destino) y se regularon las compras por internet a tres por cuatrimestre (cada una de 100 dólares) sin que se acumularan. Además, el monopolio para la asignación pasó a la banca pública.
En 2016, las cosas fueron “iguales” en cierta forma: los “cupos” pasaron a regirse por la cotización de la tasa Dicom y se mantuvieron en el papel, pero no en la realidad. Los venezolanos se quejaron a lo largo del año de no recibir las asignaciones solicitadas ante Cencoex y por la falta de respuestas del ente.
No se sabe si se mantendrá la política cambiara durante 2017. De ser así, quienes deseen viajar fuera del país con el “cupo” deberán disponer de al menos 202.500 bolívares, lo que es igual a 7,4 salarios mínimos, en la tarjeta de crédito para comprar por la banca pública el mínimo de 300 dólares que autoriza Cencoex.