Aliados del PSUV que ayudaron a ganar las presidenciales en 2013 y las regionales en 2017 ahora sienten el maltrato del oficialismo por presentar opciones propias.
“¡Auxilio! Quieren cohibir a los partidos para retirar mi postulación”, escribió Eduardo Samán el 9 de noviembre en Twitter. Al día siguiente su candidatura fue anulada.
El ex presidente del Indepabis cuenta con el aval del MEP, PPT y el PCV en su proyecto de competir en el municipio Libertador contra Érika Farías (PSUV).
El jueves Oswaldo Rivero, del programa Zurda Conducta, también anunció que el Movimiento Tupamaros lo dejó ante las presiones del psuvismo: “Ya no soy candidato. No decliné; me quitaron la postulación del partido que me apoyaba. ¿Por qué? Que respondan ellos, yo sigo en las calles”.
El secretario político del PCV, Youl Jabour, declaró que no pudieron inscribir a su candidato en el municipio Cardenal Quintero (Mérida) porque la Oficina Regional Electoral le puso trabas. En el municipio Cristóbal Rojas (Charallave) amenazaron de muerte a dirigentes comunistas que adversan la reelección de Humberto Marte.
La estrategia del gobierno persigue liquidar a la oposición, representada en esta contienda por Un Nuevo Tiempo, Avanzada Progresista, Copei, MAS y Nuvipa, y evitar que la disidencia roja encuentre caminos propios. De hecho, la exigencia del PCV, PPT, MEP y Tupamaros de que los aliados debían tener 15% de las alcaldías (cerca de 50) fue negada y hasta el presidente Maduro cuestionó, el 6 de noviembre, esas pretensiones.
“Pido a todas las fuerzas revolucionarias y bolivarianas de Caracas apoyar a Érika Farías, sin ambages, sin ambigüedades, sin vacilaciones”, demandó en la inauguración de la sede de la Academia Militar de Medicina Ezequiel Zamora, rodeado del Alto Mando Militar.
Desde entonces, los aliados y aspirantes han sido presionados y hasta excluidos como miembros de mesa, cuya mayoría es del oficialismo, aseguraron.
Planes
Desde el 15 de octubre, cuando las salas situacionales del partido de gobierno reportaron los resultados de los estados, Maduro ordenó lograr el control de 90% de las alcaldías.
Su decisión se basa en que en esas elecciones obtuvieron 78% de los estados y 54% de los votos, lo que les permitiría el 10 de diciembre alcanzar entre 250 y 270 alcaldías.
La estrategia o metodología es la misma de las regionales:
* Dividir a sus adversarios. El Poder Judicial habilitó el 30 de octubre a Manuel Rosales (Un Nuevo Tiempo) y luego liberó a Yon Goicoechea para generar más pugnas en la Unidad Democrática. El primero se postuló a la Gobernación del Zulia sin el respaldo de PJ y VP. Goicoechea se retiró de VP y aparece como candidato a El Hatillo por Avanzada Progresista.
* Colocar trabas en el Poder Electoral. La primera fue la inscripción en tres días, sin aviso previo. Los partidos no podrán hacer cambios de candidatos.
* El Estado al servicio de la campaña del gobierno. El 15 de octubre la fórmula empleada para movilizar los votos fue 4×4 mediante el uso del Movimiento Somos Venezuela, los CLAP, el carnet de la patria, el Plan Chamba Juvenil y los Hogares de la Patria, con el respaldo de la maquinaria psuvista, las Unidades de Batallas Chávez. Estas instancias están coordinadas por la Vicepresidencia de Desarrollo Social y Misiones, dirigida por Elías Jaua, y el Ministerio de Agricultura Urbana, bajo el control de Freddy Bernal.
El 24 de octubre y el 6 de noviembre, Maduro reveló cómo esas estructuras tienen un tinte electoral y qué debía hacerse para ganar las municipales e iniciar el trabajo para las presidenciales en 2018, como consta en el documento de 16 páginas Lineamientos del defensor de la patria y la paz , que circuló la dirección nacional del PSUV a los equipos regionales partidistas.
“Érika Farías debe recibir el apoyo de los CLAP, de los consejos, de las UBCh, del Gran Polo Patriótico, del psuvismo. A los candidatos que se inscribieron, los orienté: ‘Busca al obrero en la fábrica, al CLAP en el barrio, al humilde, a la UBCh, a Somos Venezuela, Chamba Juvenil, busca las comunas. Los líderes nuestros tienen que buscar al pueblo, no a las élites”, emplazó Maduro el 6 de noviembre.
En el III encuentro del Somos Venezuela, efectuado en el Teatro Teresa Carreño en octubre, ordenó:
1) Aumentar de 86.000 a 200.000 antes del 31 de diciembre el número de brigadistas que van a las casas y tratan de resolver los problemas de la gente. Hasta octubre, según reportes gubernamentales, habían atendido 3 millones de casos, entregado 300.000 nuevas pensiones, el bono escolar a 3 millones de familias y 7.000 tarjetas de Hogares de la Patria, lo que constituye el universo electoral para el oficialismo.
2) Instalar antes del 15 de noviembre coordinadores del Movimiento Somos Venezuela en los 335 municipios, con el personal del Frente Francisco de Miranda, brigadistas, del Plan Chamba Juvenil, Hogares de la Patria, Jóvenes de la Patria Robert Serra, misiones Barrio Nuevo y Vivienda Venezuela, consejos comunales, CLAP, Milicia Bolivariana y el Movimiento por la Paz y la Vida. A mediados de noviembre, Maduro, los coordinadores nacionales, regionales y municipales del Movimiento Somos Venezuela debatirán el “Plan de cierre de año feliz” e inicio del primer trimestre de 2018.
3) Llegar a la meta de 100% de pensionados en la Misión Amor Mayor. Incorporar 100% de jóvenes en el Plan Chamba Juvenil; 700.000 este año. La orden debe cumplirla el ministro del sector, Pedro Infante.
4) El inicio del “Plan navidades felices”. El objetivo es cubrir 6 millones de hogares con los CLAP normal, de pernil y de juguetes, y pasar de 2,5 millones de personas a 4 millones los beneficiarios del Plan Hogares de la Patria.