El gobierno de Nicolás Maduro estudia utilizar un sistema de pagos desarrollado por Rusia como alternativa al sistema internacional de interconexión de pagos y otras transacciones, conocido como sistema SWIFT, según informaron a Bloomberg dos fuente relacionados con las negociaciones.
La nota señala que esta medida se está analizando en previsión de una posible profundización de las sanciones financieras impuestas por Estados Unidos, las cuales eventualmente penalizarían las transferencias y otras operaciones originadas o dirigidas a Venezuela.
El SWIFT es un sistema internacional de interconexión financiera administrado por la Sociedad para las Comunicaciones Interbancarias y Financieras Mundiales (Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunication, SWIFT), con sede en Bélgica, que interconecta de manera permanente a más de 12.000 instituciones financieras en más de 204 países, e incluye a todos los grandes bancos internacionales.
El sistema permite tramitar transferencias -que incluyen remesas-, créditos internacionales, operaciones de compraventa de divisas y valores, entre otras transacciones, registradas con un código internacional que certifica la confidencialidad y seguridad de las operaciones.
Moverse hacia el sistema ruso de interconexión de pagos permitiría al gobierno de Maduro realizar operaciones internacionales no trazables con bancos pequeños, en los cuales, según Bloomberg, la administración chavista está pidiendo a proveedores y clientes que abran sus cuentas para procesar los pagos, financiados por operaciones con oro de reservas, las cuales están bajo la lupa de Estados Unidos y la Unión Europea.
Rusia creó su propio sistema internacional de pagos, de ámbito mucho más reducido, en 2014 cuando fue amenazada con ser excluida del SWIFT por su intervención en Ucrania; sin embargo, esa medida nunca se concretó para no afectar a grandes empresas de ese país.
«Mientras que los funcionarios rusos dicen que los países extranjeros pronto se unirían a su sistema, los únicos bancos fuera de Rusia conectados incluyen un prestamista de Bielorrusia y los bancos centrales de Abjazia y Osetia del Sur, las regiones separatistas respaldadas por Rusia de Georgia que están en gran parte aisladas de sistema financiero internacional. La lista incluye 397 usuarios del sistema, casi todos bancos rusos».