El frente andino de Valle del Mocotíes, Tovar, Bailadores y La Grita anunció a través de un comunicado después de una asamblea general realizada el 10 de mayo “que no enviarán una gandola más de comida a Caracas hasta que el presidente Nicolás Maduro renuncie”.
“Queremos que los demás estados y municipios alcen también su voz, para que nos unamos todos en resistencia a este régimen”, aseveraron.
La Asociación de Ganaderos emitió un comunicado donde se declararon en desobediencia civil, amparados en los artículos 333 y 350 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, acordando:
1.- Defender la Constitución ante el atropello y fraude que pretende hacer el Gobierno con su Constitución Comunal y Militar.
2.- Realizar un Paro Nacional el próximo lunes 15 de mayo, Día de San Isidro, Patrono de los Productores del Campo.
3.- incorporarse de lleno a las protestas de calle, dándole apoyo total a los estudiantes y sociedad civil en general.
Es de acotar que dicho encuentro de emergencia fue convocado por la Federación Nacional de Ganaderos (Fedenaga), ante el rechazo que los trabajadores merideños del sector manifiestan contra la Constituyente.
Ante el anuncio la Sra. Carolina Mendoza, habitante de la parroquia Altagracia de Caracas expresó: “A pesar que no estoy de acuerdo con la convocatoria a la Constituyente, tampoco estoy de acuerdo con esta decisión de estos señores ganaderos. ¿Nos piensan matar de hambre?. Por un lado tenenos al gobierno en una total indolencia con respecto a las necesidades que estamos pasando y, ahora por el otro, tenemos a los ganaderos en una actitud que solo perjudica es al pueblo. De este país provoca es salir corriendo”.
La Sra. Martha Sierra nos dice: “¿Qué te puedo decir? Hace tiempo que nosotros en mi casa no comemos carne porque está por encima de los 13 mil bolivares, no comemos huevos porque están en 11 mil bolos y queso mucho menos que está en 12 mil. Así que esos ganaderos hace tiempo que nos tienen una guerra declarada. No a Maduro porque ese come bien y todos los de su gobierno, sino a la población que como yo no podemos alimentarnos porque no nos alcanza lo que ganamos para pagar esos altos precios de la comida”
A una jóven, de nombre Maritza Piñero, simplemente le parece que “ellos en su pelea y nosotros fuñidos. De verdad que estoy harta, me quisiera ir de este país a un lugar que con lo que yo trabaje se pueda comer. En mi casa hace mucho que no se come carne”