El Gobierno revisa los escenarios del próximo año, el cual requiere decisiones en materia económica para solventar problemas de abastecimiento, inflación y caída del ingreso real.
Las acciones en materia económica deberían ser anunciadas en los próximos días para que el mundo laboral y empresarial haga sus proyecciones y su planificación.
Los temas que se revisan son el cambiario, el salario mínimo y el precio de la gasolina. Esos puntos medulares deben atacarse para resolver los desequilibrios económicos que tienen su expresión en las colas y el bachaqueo.
La oportunidad. Las decisiones en materia económica que debe tomar el Gobierno tienen como telón de fondo el acuerdo de 25 países productores de petróleo que incidió en la recuperación de los precios entre noviembre y diciembre por encima de los seis dólares.
Analistas aseguran que si el recorte mantiene su disciplina, los precios podrían mantenerse en movimiento ascendente.
Las estimaciones de Eulogio del Pino, ministro de Petróleo, indican que el precio de la cesta venezolana estará entre 45 y 55 dólares el barril.
David Paravisini, experto en materia energética, señala que la cotización podría estar alrededor de los 50 o 60 dólares y otros más conservadores, como Rafael Quiroz, proyectan un precio entre 38 y 47 dólares.
En cualquiera de los escenarios, el precio es superior al que terminará este año, lo que implicará un aumento de los ingresos en divisas y revertirá la tendencia de los dos últimos años.
En 2014, el precio fue de 88,42 dólares y en 2015 cerró en 44,65 dólares, una baja de 49,5%. Entre 2015 y 2016, la caída será de 21,7% según cifras preliminares del Ministerio de Petróleo.
Al revertirse la tendencia de la caída del ingreso petrolero, las cifras del fisco tenderán a mantenerse con posibilidad de mejorar levemente.
Lo cambiario. El diferencial entre los cambios oficiales y el mercado negro son exorbitantes y sin ninguna explicación que tenga fundamentos económicos. Sin embargo, es una realidad que afecta el día a día de los venezolanos.
El Gobierno estudia alternativas que van de un ajuste cambiario de “un solo jalón” o ir al desplazamiento progresivo al alza del dólar flotante.
En el primer caso, la idea sería elevar drásticamente la tasa Dicom a niveles cercanos al mercado alternativo con la idea de atraer a quienes actúan en ese escenario a llevar sus divisas a un mercado legal y así ensanchar la oferta con la idea de conseguir dinamismo. Con una medida de ese tipo, se trataría de lograr detener el ritmo del dólar negro.
Con mayores ingresos de Pdvsa por la mejora de los precios del crudo, existiría también la posibilidad de alimentar ese mercado con un precio en bolívares más atractivo y sano para sus cuentas.
El riesgo de un paso de este tipo es que podría producirse un empuje en los precios de los productos fuera de la regulación, y con el bachaqueo aún sin control, el brote especulativo sería de cuidado. Además, está el costo político de asumir un ajuste cambiario de esas dimensiones.
La otra opción es mantener la política de hacer aumentos progresivos con mayor aceleración, como se produjo en el primer trimestre del año y dio resultados hasta los meses de septiembre y mediados de octubre.
El riesgo que advierten los economistas es que “correr” detrás del paralelo genera la impresión de que los precios mantienen su tendencia al alza, lo cual no genera certidumbre en las decisiones económicas y en las proyecciones del sector empresarial.
Cuestión de combustible. La otra herramienta que evalúan los integrantes del económico son nuevas acciones en el tema precio de la gasolina.
Una de las ideas planteadas es hacer un ajuste sustancial en la gasolina de 95 octanos, en función de terminar de cambiar el patrón de consumo interno para canalizarlo hacia la gasolina de 91 octanos.
Según las cifras que maneja el analista en materia energética Rafael Quiroz Serrano, cerca de un millón de vehículos que usaban innecesariamente gasolina de 95 octanos migraron hacia la de 91 octanos.
Por otra parte, fuentes del sector laboral petrolero indican que los costos de ese producto son más altos y hay un potencial de exportación que está perdiéndose por el alto consumo interno que se produce innecesariamente.
Gasolina, salarios y precios
Trabajadores petroleros consultados indican que en la gasolina hay valor agregado que puede aprovecharse al exportarla y generar más divisas para el país.
Con precios de Bs 1 para la de 91 octanos y Bs 6 para la de 95 octanos, el equipo económico del presidente Nicolás Maduro deshoja la margarita si caminar por esa senda en la que podrían mejorar las cuentas de la industria petrolera dándole mayor caja en bolívares, generar divisas por exportaciones y de alguna forma absorber un poco de liquidez.
Respecto a los salarios y los precios, los técnicos gubernamentales afinan detalles de cómo sería la política salarial de este año debido a que, con las decisiones de carácter macro y microeconómico que deben tomarse, se requerirá una compensación en el ingreso de los asalariados del país.
El otro punto que se debate es el control de precios. Si bien estaría descartado suprimirlo, está sobre la mesa la propuesta de ajustes periódicos que eviten el rezago del valor de bienes y servicios para el público. El Gobierno ha venido haciendo ajustes a productos esenciales para en función de darles un mayor margen de rentabilidad a las empresas privadas que los producen y así mejorar la oferta en los anaqueles de supermercados y abastos.
La tarea del equipo económico es de filigrana porque es necesario garantizar las condiciones de producción para combatir el desabastecimiento, armonizado a su vez con la capacidad de compra de los venezolanos que se mantienen en las colas que se observa en todas las ciudades del país.