La guerra comercial entre Estados Unidos y China, un posible Brexit sin acuerdo y la compleja situación en Venezuela o Irán son algunos de los factores que han extendido la «incertidumbre» en la economía mundial y han llevado al FMI a reducir su proyección de crecimiento un 0,1% para 2019.
Así lo indicó la economista jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), Gita Gopinath, en una entrevista con EFE en Santiago de Chile, donde presentó el último informe de «Perspectivas Económicas Globales» realizado por el organismo multilateral.
«Hay factores domésticos, pero en términos de riesgo internacional, además de la guerra comercial y tecnológica entre EE.UU. y China, también genera incertidumbre la posibilidad de que no haya acuerdo entre la Unión Europea y el Reino Unido para el Brexit, así como por la ralentización de China», indicó Gopinath.
A lo que añadió la posibilidad de un cambio «en las predicciones del mercado financiero», ya que, continuó, «hemos vivido un periodo de bajos niveles de interés, lo que ha facilitado la entrega de muchos préstamos», algo que puede «estallar» si se produce «un cambio profundo» en las previsiones financieras.
Junto a estos elementos de corte global, la economista señaló que la «leve» predicción de crecimiento mundial, que pasó de un 3,3% a un 3,2% para 2019 respecto al pasado mes de abril, también se debe a condiciones domésticas de los países, como pueden ser la «reducción del consumo interno o de las exportaciones».
Una cuestión que afectó de sobremanera a India, que «sufrió una significativa bajada en su demanda interna», o a los países que «producen más manufacturas o producción industrial» como Alemania, lo que los hace más dependientes «de la demanda externa».
Dentro del grupo de los «países desarrollados» destacó el desempeño de España, con una tasa de crecimiento estimada del 2,3%, la segunda mejor solo por detrás de Estados Unidos (2,6%), gracias a las «fuertes inversiones» y a la «reducción de las importaciones».
Mientras que en otros casos como Brasil y México, sus bajadas en las predicciones se deben a la «incertidumbre» que rodea a los «cambios en la política fiscal» o «las reformas estructurales», respectivamente, que se han «alargado en el tiempo más de lo esperado».
En este sentido, Gopinath destacó el caso de América Latina, la región del mundo que registró un mayor descenso en sus proyecciones, pasando de un 1,4% a un 0,6% para 2019.
«Este resultado se debe a la actuación de varios países, no existe una explicación única», puntualizó, antes de señalar el «difícil escenario que vive Venezuela«, con una «combinación de crisis humanitaria, política y económica», donde la previsión de crecimiento «apunta una caída de 35%», algo que «afecta a toda la región».
La reducción del 0,1% para 2019 también se extendió para el año 2020, para el cual el FMI pronostica una tasa de crecimiento del 3,5%, una cifra que sigue siendo «preocupante», puesto que permanece en los niveles más bajos registrados desde la crisis financiera mundial de 2008.
Aún así, esa cifra es solamente una estimación, continuó la economista, que se basa en «un 70%» en la «estabilización, la mejora del crecimiento o el aflojamiento de la reducción de economías emergentes como Venezuela, Argentina, Turquía e Irán», algo que confesó «sigue siendo incierto».
Por ello, Gopinath insistió en la necesidad de que continúe la «proliferación de acuerdos comerciales a escala global», como por ejemplo entre la UE y el Mercosur, puesto que uno de los grandes retos de cara al futuro pasa por reforzar «el ámbito comercial internacional», donde actualmente se encuentra «gran parte de la debilidad generalizada».
«En general nos gustaría que la comunidad mundial como un todo se vuelva más integradora, no de manera fraccionada. Razón por la cual también deseamos que China y Estados Unidos lleguen a un acuerdo comercial duradero», concluyó la economista jefe del FMI