Al menos 18 tanqueros navegan hacia Venezuela, donde se espera que carguen crudo en las próximas semanas, según datos de seguimiento y analistas, una señal de que las exportaciones petroleras del país repuntarían este mes tras caer en octubre a su menor nivel desde principios de la década de 1940.
La caída obedece a que algunos clientes de largo plazo que le quedan a la estatal Petróleos de Venezuela detuvieron el comercio con la compañía ante la aproximación de una fecha límite impuesta por Estados Unidos, que ha sancionado a PDVSA y a sus socios desde el año pasado para presionar la salida del presidente Nicolás Maduro.
El probable repunte de las exportaciones en noviembre muestra cómo PDVSA se ha adaptado a las sanciones con nuevas tácticas para transportar y vender su crudo, desde transferir cargamentos entre tanqueros en el mar para disfrazar su origen, hasta entregar el petróleo a clientes pocos conocidos y sin experiencia en la industria.
En lo que va de noviembre ocho tanqueros, incluidos dos fletados por la tailandesa Tipco Asphalt PCL, han cargado unos 5,1 millones de barriles de crudo venezolano y combustible para exportación, según documentos internos de PDVSA.
Tipco dijo en un comunicado que inicialmente se programó la carga de los buques entre septiembre y octubre, pero que se retrasaron debido a “dificultades operativas”. En septiembre, la empresa notificó a la bolsa de valores tailandesa que estaba “tomando medidas” para cumplir con la solicitud de Estados Unidos de detener las compras de crudo venezolano.
PDVSA no respondió a una solicitud de comentarios.
Otros cinco petroleros con bandera de Camerún, con capacidad para transportar millones de barriles de petróleo, están cruzando el Océano Atlántico hacia Venezuela con sus Sistemas de Identificación Automática (AIS) apagados, según el servicio de rastreo de buques TankerTrackers.com.
Además, dos grandes tanqueros (VLCC, por su sigla en inglés) de PetroChina Co Ltd, que tienen capacidad para transportar unos 2 millones de barriles cada uno, se encuentran en aguas venezolanas cerca de la terminal Jose a la espera de carga, muestran los datos de Refinitiv Eikon.
El Xingye y el Thousand Sunny están señalando Aruba como su destino, una práctica común para los petroleros que navegan a Venezuela desde que se impusieron las sanciones.
Las embarcaciones, anteriormente conocidas como Boyacá y Junín, respectivamente, eran propiedad de una empresa mixta entre PDVSA y PetroChina, que se disolvió el año pasado a raíz de las sanciones, por lo que sus activos se dividieron. Petrochina no respondió a una solicitud de comentarios. PDVSA ha estado recurriendo en los últimos meses a su flota propia y a naves operadas o propiedad de sus aliados para poder seguir exportando en medio de crecientes sanciones estadounidenses a los propietarios independientes de barcos.
Muchos tanqueros realizan “viajes en negro” a Venezuela, un concepto que define el traslado de un barco con su señal AIS apagada, para evitar detección.
El reciente repunte de las exportaciones ha permitido a PDVSA reiniciar la producción de crudo de algunos proyectos clave en la Faja Petrolífera del Orinoco, luego de que la caída de las ventas al exterior generara un aumento en los inventarios, obligando a la compañía a recortar el bombeo.
Fuente: Reuters