La crisis económica tiene años instalada en las fincas de ganaderos del país. El sector está en emergencia según advirtió la Federación Nacional de Ganaderos de Venezuela (Fedenaga), porque producir carne y leche se ha convertido en una tarea titánica como consecuencia de la caída del consumo y de los altos precios de vacunas y alimentos para el rebaño.
En 1998, cada venezolano comía 27 kilos de carne de res al año, en la actualidad la ingesta se ha reducido a cuatro kilos por persona anualmente, lo que representa 16 bistecs al año.
En cuanto a la leche, las estadísticas son aun más dramáticas, En diciembre de 2018, se producían 7 millones de litros de leche por día a escala nacional, hoy se generan 2.100.000 litros diarios, una caída del 70% y atribuyen esta realidad a la crisis eléctrica que ha afectado a empresas que dependen de la cadena de frío.
“Las cifras impactan, es un consumo absurdo. Hemos advertido que el sector está en emergencia, por las políticas erradas que mantiene el régimen”, comunicó Nicanor Oropeza, director de Fedenaga. Enfatizó que la leche ha desaparecido de los anaqueles, porque el 80% de lo que se produce la utilizan para elaboración de quesos artesanales, la fabricación industrial desapareció. “Quienes están produciendo quesos conforman el sector informal, no hay un registro de cuánto producen”.
Víctor Aldana, presidente de Crema La Baragueña en Carora, informó que el Municipio Torres del estado Lara se ha convertido en un cementerio de industrias lácteas, de cuatro plantas procesadoras que operaban, todas están inactivas, “Lavenca, Lácteos Carabobo, ICA y La Pastoreña se fueron del municipio porque no es rentable producir sin garantías de obtener beneficios justos en el sector”, mencionó.