De acuerdo con la Encuesta Global de delitos Económicos 2016, Capítulo Venezuela, realizada por PwC y divulgada recientemente, 49% de las organizaciones en Venezuela fue víctima del cibercrimen en los últimos 24 meses.
La cifra excede el registro global de 32%.
El cibercrimen destaca entre los tres delitos más comunes reportados en 2016, junto a delitos considerados “tradicionales” como son malversación de activos y soborno y corrupción.
El estudio indica que este delito ha tenido un crecimiento sostenido desde que fuera incorporado a la encuesta en 2011. En el informe de 2014 ocupaba el segundo puesto en Venezuela y desde entonces escaló nueve puntos porcentuales para afianzarse en esa posición.
“La tecnología digital continúa transformando y alterando el mundo de los negocios, exponiendo a las organizaciones a oportunidades y amenazas, por lo que no nos debe sorprender que el crimen continúe su escalada” reseña el informe titulado Poniendo la lupa sobre los delitos económicos: la preparación devuelve el foco a las oportunidades.
La encuesta arroja que los delitos económicos pasaron a ser digitales en cierta medida y advierte que en un ecosistema de negocios “hiperconectado” una violación en cualquier nodo del sistema, incluyendo a terceros (proveedores, socios de negocio o autoridades gubernamentales) puede comprometer de varias maneras el panorama digital de una organización.
Además, observa un fuerte aumento en los ataques que involucran a la tendencia denominada Internet de las Cosas.
El estudio hace referencia a la 19ª Encuesta Global Anual a los CEO de PwC, según la cual seis de cada 10 directores ejecutivos mencionaron el cibercrimen y la velocidad del cambio tecnológico como las principales amenazas al crecimiento.
PwC manifestó preocupación por el manejo de los incidentes, pues asegura que la mayoría de las organizaciones dejan en manos de los departamentos de TI la primera respuesta a los ataques cuando considera que el problema amerita que desde la junta directiva y alta gerencia, hasta la gerencia media y los empleados lo vean como su responsabilidad.
El daño a la reputación, seguido de los costos legales, de inversión o ejecución, destaca como la más grave de las consecuencias de una violación cibernética, según el estudio, que advierte que todas las industrias están en riesgo de sufrir ataques.
La investigación diferencia entre dos tipos de cibercrimen: el fraude cibernético (robos de identidad y de medios de pago) y la transferencia de riquezas / ataque a la propiedad intelectual (espionaje cibernético, robo de propiedad intelectual (secretos comerciales, información de productos, estrategias de negociación y similares). Advierte que los dos últimos pueden tener graves consecuencias y afectar la existencia de una compañía.
La encuesta señala que la mitad de las compañías no están preparadas de manera adecuada para enfrentar las actuales amenazas cibernéticas.
Indica que solo el 37% de los encuestados a escala global, 40% en el caso de Venezuela, la mayoría del área financiera, cuentan con un plan de respuesta a incidentes totalmente operativo, mientras que tres de cada 10 encuestados no cuenta con ningún plan y de ellos casi la mitad considera que no lo necesita.
PwC advierte que una respuesta efectiva a una crisis corporativa en ciberseguridad requiere las destrezas, el conocimiento y la experiencia de una gama de funciones de una organización trabajando en conjunto, lo cual incluye las áreas de legal, recursos humanos, medios y relaciones públicas, comunicaciones, asesoramiento privado, auditoría y riesgo, finanzas, seguridad corporativa, relaciones entre los organismos reguladores y los encargados de ejecutar la ley, relaciones con accionistas, las unidades de negocio de primera línea y la gerencia regional.
En la encuesta, que fue aplicada en 115 países y en 17 idiomas, participaron 6.337 personas, 70% de ellas de las áreas de gerencia ejecutiva, auditoría, finanzas, cumplimiento y manejo de riesgos. La mayoría pertenece a los sectores industrial (35%), financiero (24%) y consumo (14%). Venezuela ocupó el tercer lugar en participación global, destaca el informe que –además- precisa que 54% de los encuestados trabajan en organizaciones con más de 1.000 empleados, en tanto que 59% pertenece a empresas multinacionales.