Estados Unidos cree que no habrá una “solución democrática” para la crisis política y económica de Venezuela, mientras el narcotráfico siga penetrando por “completo” cada uno de los estamentos de poder del país caribeño, incluido el propio Gobierno de Nicolás Maduro.
El secretario adjunto de Estado de EEUU para Seguridad y Lucha Antinarcóticos, William Brownfield, formuló esa consideración durante una audiencia sobre Colombia en una comisión del Senado dedicada a supervisar los programas contra el narcotráfico que el Gobierno estadounidense tiene en otros países.
Brownfield, embajador en Venezuela entre 2004 y 2007, afirmó que Venezuela supone un “problema gigantesco” para la seguridad de la región.
“La primera vez que me impliqué en Venezuela fue en 2004 cuando llegué como embajador de Estados Unidos. En ese momento, hubiera dicho que el narcotráfico estaba empezando a penetrar en altos niveles del Gobierno de Venezuela, en las instituciones de seguridad, de cuerpos policiales y de Justicia”, dijo.
“Ahora -añadió- han pasado 13 años y diré que el narcotráfico ha penetrado completamente cada institución de seguridad, cada cuerpo policial y cada institución judicial de la República Bolivariana de Venezuela”.
El diplomático consideró que esa presencia del narcotráfico se hace presente en el aumento de las tasas de homicidio, que actualmente se sitúa en 91,8 muertes por cada 100.000 habitantes, según un informe publicado en diciembre pasado por la ONG Observatorio Venezolano de Violencia (OVV).
“No habrá una solución a largo plazo democrática, próspera y segura en Venezuela hasta que se solucione la presencia de las organizaciones del narcotráfico”, consideró Brownfield.
En febrero, el Gobierno del presidente de EEUU, Donald Trump, impuso sanciones por sus vínculos con el tráfico de drogas al vicepresidente de Venezuela, Tareck El Aissami, el cargo más alto del Gobierno venezolano sancionado hasta ahora por el Ejecutivo estadounidense.
El mes pasado, Trump sorprendió al asegurar que no descartaba una opción militar para Venezuela, una idea que despertó el rechazo de Caracas y de todo el continente.