El secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, aseguró este miércoles que confía en cooperar con países de Europa para lograr avances en la gestión de la crisis política en Venezuela, y afirmó además que está preocupado por “redes terroristas” que comienzan a emerger en parte de Suramérica.
En un discurso a los empleados del Departamento de Estado, Tillerson dijo que el gobierno de Donald Trump todavía está desarrollando su estrategia hacia Latinoamérica, y se mostró en particular preocupado por los “problemas de gobierno” en Venezuela.
“Ciertamente todos ustedes están siguiendo la situación en Venezuela, una verdadera tragedia. Pero confiamos en que trabajando con otros, incluido con intervenciones de otros en Europa, podremos lograr algunos avances en Venezuela”, señaló el titular de Exteriores estadounidense.
El Departamento de Estado expresó este martes su profunda preocupación por la intención del presidente Nicolás Maduro de convocar una Asamblea Constituyente para cambiar la Carta Magna, y advirtió de que podría estudiar nuevas sanciones a funcionarios venezolanos a raíz de ese “paso atrás” en Venezuela.
Tillerson no habló este miércoles específicamente sobre los posibles cambios en la Constitución venezolana, y se limitó a describir la política general de Estados Unidos hacia Latinoamérica en su conjunto.
“Estamos tratando de desarrollar una estrategia para todo el continente que piense en Suramérica en su conjunto, y en su relación con Centroamérica, Cuba y el Caribe”, indicó el jefe de la diplomacia estadounidense.
“Hay algunos problemas de financiación del terrorismo, algunas redes terroristas que están empezando a emerger en parte de Suramérica y que tienen nuestra atención”, añadió Tillerson, sin dar más detalles.
Aseguró que, como hará con todos los continentes, el nuevo gobierno de Trump quiere “mirar a la región como un conjunto, porque todo está interconectado”, y una vez que tenga una estrategia definida, pasará a desarrollar una táctica “país por país”.
En efecto, en sus más de 100 días en el poder, el gobierno de Trump no ha definido una estrategia clara hacia Latinoamérica, más allá de sus conversaciones sobre comercio e inmigración con México y su línea dura en lo relativo a Venezuela.