Con una oposición dividida y un gobierno que usa el Poder Electoral para imponerse, las municipales abren una caja de Pandora en Venezuela: un liderazgo no partidista; la consolidación de partidos como Un Nuevo Tiempo, Avanzada Progresista, Copei y MAS, que captaron a dirigentes del resto de la Unidad Democrática; una abstención alta en algunos municipios, y bajas en otros, si los electores comprenden qué pasaría si el oficialismo controla 70 alcaldías hoy en manos de la oposición; y el castigo a quienes optaron por medirse el 10 de diciembre.
“Los resultados son impredecibles porque los bandos, gobierno y oposición, están divididos y la abstención los afecta. Podrían presentarse resultados inesperados, que ganen individualidades, desvinculadas de los partidos que termine por causar una dispersión mayor del poder. Ejemplo, Elías Santana, en Sucre, y Kiko Bautista, en Baruta, entre otros”, analizó el director de Datincorp, Jesús Seguías.
Seguías calificó como “decisión suicida” que a 30 días para los comicios se propongan unas primarias en Baruta, Chacao y otros municipios del país porque, al igual que en las regionales, se dilapidaría un tiempo valioso de la campaña y surgirían fricciones internas, como las que afectaron los triunfos en Falcón y Aragua. Por ello, aconsejó ir al consenso: “La oposición necesita hacer cinco cosas: la principal, dejar la lloradera y ponerse a trabajar. Debe mantener el sistema electoral automatizado porque la trampa no está en las máquinas, sino en las actas como lo demostró Bolívar. La meta debe ser que cada candidato tenga una ventaja de 10% en cada estado, municipio o en las presidenciales para así evitar las maniobras”.
Las otras dos recomendaciones de Seguías giran sobre la necesidad de lograr una “unidad sincera, con juego limpio, sin mesías” y admitir errores, y no atribuirlos al gobierno. “La abstención será mayor el 10 de diciembre aunque Datincorp encontró que 80% aseguró que había votado el 15 de octubre cuando en realidad lo hizo 45%. Responden así porque sienten vergüenza, se sienten responsables de la derrota opositora”, expresó.
Seguías y el politólogo Nícmer Evans coinciden en que el madurismo está fracturado y sufrirá por la abstención. En el caso de Libertador, donde Evans es candidato, existen tres: uno del PSUV, otro del PCV, PPT y MEP, y de MRT, lo que le abre una opción para que el descontento del chavismo se incline a su favor. “Los votos críticos al madurismo favorecen a terceros por lo que buscaré empatía en el oficialismo y la oposición. Los candidatos fuera de la MUD carecen de estructura partidista, de posicionamiento de liderazgo, de un vínculo directo con sectores populares y clase media, lo que da una probabilidad numérica a otros, como mi candidatura. Eso provocará que el gobierno me enfrente y que tenga que motivar y movilizar el voto. La meta con Nuvipa es proteger el voto”, dijo Evans.
El representante de UNT, Vicente Bello, lamenta que la división opositora origine más derrotas por lo que exhorta a abstencionistas a entender que el voto sirve como protesta y arma para el cambio: “Con la abstención no se gana. Primero hay que salir de Maduro para tener elecciones libres y competitivas, no al revés. Se gana si la oposición actúa unida, con objetivos comunes y claros. Los mesías no resuelven nada, allí está Chávez. La abstención fracasó en el pasado y seguirá fracasando. Hay que reconstruir la unidad, con sinceridad”.