El Informe de la Red Global de Información sobre Seguridad Alimentaria 2017 reveló que Venezuela no tiene datos confiables sobre seguridad alimentaria, lo cual deja en tela de juicio el trabajo que hace la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación con sede en Venezuela, según los expertos en nutrición y seguridad alimentaria.
El documento es elaborado por las agencias internacionales agrupadas bajo la Red de Información de Seguridad Alimentaria (FSIN, por sus siglas en inglés), entre las que están incluidos la FAO, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia y la Unión Europea. En el texto, de 145 páginas, se cita 3 veces a Venezuela para decir que el país no tiene pruebas ni datos suficientes para hacer cálculos. En la misma lista se encuentran Bolivia, Cuba, República Dominicana, El Salvador, Eritrea, Kyrgyzstán, Pakistán, Papúa Nueva Guinea, Filipinas, República del Congo, Sri Lanka, Timor-Leste y Vanuatu.
Agrega que la situación económica empeorará y podría también causar una grave escasez de bienes de consumo, incluidos alimentos y medicamentos, por lo que deberán monitorear al país. Sin embargo, el organismo internacional en 2013 le dio un premio al gobierno y en 2015 un reconocimiento.
Susana Raffalli, nutricionista especializada en gestión de la seguridad alimentaria, emergencias humanitarias y riesgo de desastres, explica que esto ocurrió porque la agencia midió si el país tenía suficiente comida para alimentar a todo su pueblo sumando lo que se produce y lo que se importa. Raffalli señala la primera ligereza: no hubo verificación ni se evaluó la razón de la sobrefacturación de alimentos y posibles actos de corrupción.
“Te premian con una encuesta consumo y el propio Instituto Nacional de Estadística en 2014 dice que la disminución de consumo fue de 30% (…). Si la FAO dice que la información no tiene suficiente rigor para decretar una crisis alimentaria, mucho menos lo es para poner medalla. ¿Es la información buena para proteger al gobierno y no para que respondas y te pongas de lado de la población?”, refuta la experta en Seguridad Alimentaria.
Raffalli analiza este informe como un señalamiento de FAO Global al trabajo que hace la agencia en Venezuela y puntualiza cinco pecados del ente en el país: No da pistas sobre qué está pasando hasta que la instancia superior lo ve y señala; no hace estudios suficientes y solo apoya programas gubernamentales, pese a que tiene los recursos técnicos; no hace uso de las Misiones de Evaluación Conjunta (JAN por sus siglas en inglés), que se deben ejecutar para que las agencias internacionales mantengan la vigilancia constante del país. Esto debió activarse después de que el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, mencionó la crisis.
La FAO en Venezuela tampoco habla de la seguridad alimentaria en Venezuela porque no hay información y además no la genera. Tampoco hace uso de los protocolos para Estados frágiles, como los activados en Corea del Norte, Sudán del Sur, Yemen y Birmania. Explica que este protocolo se usa cuando ya no pueden apoyar al Estado como dicta su misión, porque es el gobierno el que genera el problema.
El Observatorio Venezolano para la Salud señala otras incongruencias. La presidente del organismo, Marianella Herrera, dijo que la agencia venezolana está violando la iniciativa Derechos Humanos Primero, suscrita en 2013 por el secretario general de las Naciones Unidas, en el que obliga a reportar a la sede central lo que ocurre en los países para prevenir daños a la población civil.
Herrera critica que el reporte hace mención de países en donde hay deterioro en la alimentación. Se hace una “tímida” mención a Venezuela, pero en la lista de países que necesitan vigilancia y monitoreo, no aparece el país.
El Dato
El gobierno no presenta datos de seguridad alimentaria desde 2007 y las estadísticas que presenta a la FAO datan de 2009.