Torino Capital señaló que, una vez difundida el propósito oficial de crear una criptomoneda venezolana, el Petro, así como la Superintendencia de la Criptomoneda y el Observatorio Nacional de Blockchain, los analistas han debatido “si se trata simplemente de otra política inadecuada, un plan elaborado para restablecer la flexibilidad de la economía o simplemente una cortina de humo para desviar la atención de otros debates relevantes”.
La información sobre el Petro es, por los momentos, bastante limitada, indicó la firma.
En su informe semanal, refirió que el gobierno ha dicho que ese instrumento estará respaldado por 58 mil millones de dólares en reservas naturales. Entretanto, la Superintendencia estará dirigida por Carlos Vargas, actualmente delegado de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC). En entrevistas ofrecidas a medios locales, Vargas ha explicado que quien adquiera la criptomoneda estará comprando una determinada cantidad de crudo.
“No pareciera, sin embargo, que el gobierno quiere vender su actual producción de petróleo a través de este mecanismo, sino emitir una nueva moneda respaldada en el stock de las reservas petroleras del país, es decir, en el petróleo que aún no ha sido producido”, sostuvo el banco de inversión.
Vargas también dijo que el Petro podrá ser adquirido en bolívares y en cualquier otra divisa, y que la ANC deberá aprobar una ley que autorice la creación de casas de cambio de monedas digitales, dado que otras criptomonedas, como el Bitcoin y el Onix, también serán legalizadas, comentó el banco de inversión.
“Es probable”, argumentó el análisis, “que los actores económicos tengan, en el mejor de los casos, una confianza limitada en el compromiso del gobierno de honrar la garantía implícita en el respaldo petrolero de la moneda. Dado el pobre desempeño del gobierno en materia de provisión de data económica confiable”.
No obstante, el banco observó que “si el gobierno permite que los petros puedan ser cambiados por bolívares a una tasa determinada por el mercado, y también por dólares y otras monedas en plataformas de intercambio internacional, la criptomoneda podría abrir un espacio para la creación de un mercado cambiario legal, similar al sistema permuta que funcionó entre 2003 y 2010″.
“Es posible que, incluso si el Petro es incapaz de funcionar como la fuente de financiamiento externo que el gobierno pretende, pueda servir como un vehículo de intermediación para transacciones cambiarias domésticas”, añadió.