El momento de la verdad, llegó. En medio de la crisis sanitaria que ha desatado la pandemia de coronavirus, las autoridades de Estado de todo el mundo han intervenido sus economías con políticas de exoneraciones de impuestos, préstamos de apalancamiento y planes colaborativos sin precedentes que demuestran el respaldo a las empresas privadas.
Pero en Venezuela, en donde se gesta un modelo político de intervención profunda de la economía, no ha existido plan de apalancamiento que se presente sobre la mesa. Así como no lo hubo en 2019 cuando el país quedó paralizado por el apagón eléctrico nacional.
Esta es la opinión de Felipe Capozzolo, presidente de Consecomercio, el Consejo Nacional del Comercio y los Servicios de Venezuela, quien, en entrevista a Globovisión, afirma que los comerciantes y empresarios del país no cuentan con más que sus propios ahorros y su poder de inventiva para después de la crisis.
«Este era el momento estelar para la intervención del Estado en la Economía, pero este esquema ha hecho ´crack´», sostuvo Capozzolo.
Y es que de las pocas acciones que ha anunciado el gobierno nacional se encuentra la de asumir el pago de nóminas de algunas empresas privadas que se sumen a la convocatoria, pero son más las organizaciones que pagan salarios por encima de lo que es que referencia para el gobierno: el sueldo mínimo.
Por esto, Capozzolo exhorta al gobierno de Nicolás Maduro a manejar el asunto económico como prioridad en medio de la crisis.
Consecomercio anuncia que desde ya se encuentran trabajando para crear protocolos de higiene en las actividades comerciales que necesitan reconquistar niveles operativos que le permitan recuperarse de la cuarentena, prevista, por los mementos, hasta mediados de mayo.
Aunque algunos comercios han optado por ofrecer entregas a domicilio, la escasez de gasolina es un impedimento clave para la prestación del servicio. Incluso, Capozzolo advierte la necesidad de solucionar la escasez de gasolina antes de prolongar el uso de los salvoconductos que permitan el abastecimiento y la circulación.
Fuente: Banca y Negocios