Tras el aumento acelerado de precios desde que el inicio de la cuarentena nacional el 17 de marzo por la pandemia del coronavirus (Covid-19), el gobierno de Maduro anunció que regularía 27 productos esenciales. Entre ellos, harina precocida de maíz, arroz, pasta, carne, queso y huevos.
Sin embargo, esta vez no se fijó un precio único en bolívares para cada rubro, sino que los reguló en dólares y los ató al tipo de cambio oficial resultante de las operaciones de las mesas de cambio de la banca, que es reportado diariamente por el Banco Central de Venezuela (BCV).
El gobierno ha presentado los cambios de precios como un resultado «del estudio de estructura de costos permanente con el sector productor, distribuidor y comercial de alimentos en el país, para garantizar el abastecimiento del pueblo».
No obstante, en la lista publicada el miércoles 13 de mayo por el Ministerio de Comercio Nacional, cada uno de los 27 productos mantuvieron sus valores fijados en dólares y solo cambiaron en bolívares por la variación del tipo de cambio oficial.
Para Felipe Capozzolo, presidente del Consejo Nacional del Comercio y los Servicios (Consecomercio), uno de los problemas del nuevo sistema de control de precios que permite que estos fluctúen es la indexación al tipo de cambio del Banco Central.
«Los comerciantes no confían lo suficiente en que realmente esté libre de manipulación», apuntó.
El empresario del sector comercial manifestó que el control de precios no genera confianza y «termina cayendo en el pote común donde caen todos los controles», indicó siguiendo la línea de que «en la calle hay un tipo de cambio distinto, que fluctúa de una manera distinta».
«El comerciante, por más que se le quiera vender que es un control que se actualiza diariamente, siempre va a tener la duda, la suspicacia y el temor de que es un instrumento que en determinado momento se puede trancar y obstruir, y puede impedir que ocurra la reposición de inventario. Los controles tienen efectos perniciosos en la población», advirtió.
Señala que a pesar de que eso se puede estar actualizando cada dos días o todos los días, está la duda de si en el momento en el que se va a reponer inventario realmente se podrá acceder a la cantidad de divisas que se necesitan.
«Esto puede hacer que la gente al final deje de ver los productos en los anaqueles y tenga que ir a verlos en manos de los bachaqueros que no están sujetos a regulación ni a inspección y que, de la manera más inescrupulosa, los venden a los precios que mejor se les ocurre», denunció.
Fuente: Banca y Negocios