Juan Pablo Olialquiaga, rechazó a nombre de Conindustria, organismo que preside, la dolarización del salario como una alternativa para que los trabajadores recuperen su poder adquisitivo como lo propuso el diputado Tomás Guanipa en días pasados.
“La única manera de recuperar la capacidad de compra de los trabajadores es mediante la aplicación de políticas públicas que incluya –entre otras cosas- un plan anti-inflacionario que erradique paulatinamente el financiamiento monetario del déficit fiscal”
Olialquiaga argumentó que, lejos de resolver el problema del deterioro de la capacidad adquisitiva de los trabajadores, profundizará aún más la crisis económica que vive el país.
Según Conindustria, el industrial dirigió una comunicación al diputado Guanipa, secretario del partido Primero Justicia, en la que señaló que “si bien es cierto que la indexación pudiera ser vista como un remedio a la pauperización de las remuneraciones salariales en este ambiente hiperinflacionario, esta medida por sí sola tiene más efectos perjudiciales que beneficiosos” enfatizó
–El efecto acumulado de esta contracción de la demanda hace que muchas empresas vendan tan pocos productos que están juzgando dar por concluidas sus operaciones comerciales. Cualquier aumento de costos permanente que deba ser inmediatamente trasladado a precios, aceleraría el cierre de estas empresas, argumentó.
Tomando en cuenta que el Estado –principal empleador- incurre en un importante déficit, el cual monetiza a través del Banco Central, “la indexación por usted sugerida aumentaría de manera importante este déficit y su consecuente monetización, con lo cual se aceleraría significativamente la inflación”.
Para el gremio que agrupa a los industriales nacionales, la única forma de recuperar la capacidad de compra de los trabajadores es mediante un proceso de crecimiento y desarrollo económico autosostenido e incluyente, bajo el sano funcionamiento de una economía de mercado, sin interferencias distorsionantes y opresivas.
Para ello es indispensable el diseño de políticas públicas orientadas a eliminar la fuente generadora de hiperinflación e hiperdevaluación del bolívar, mediante un programa anti-inflacionario que erradique paulatinamente el financiamiento monetario del déficit fiscal; solicitar ayuda internacional, humanitaria y financiera de organismos multilaterales que permita financiar las necesidades urgentes de importaciones básicas de alimentos, medicinas, insumos, materiales y equipos necesarios, que garanticen un importante repunte de crecimiento económico, y reducir significativamente los controles a los procesos productivos y de distribución de bienes y servicios, que generan desestímulos a la producción y a la distribución eficiente en la economía.
Olalquiaga insistió en la necesidad de un cambio en la política económica, que incluya un programa integral y coherente de políticas públicas pro mercado que permita solucionar la crisis económica y social que tanto angustia a la sociedad venezolana, lo que pasa por la recuperación de un salario digno para los trabajadores venezolanos.