El investigador Marino González critica que ni en el discurso del gobierno ni en el de los líderes de la oposición el tema de la inflación y las medidas económicas que hay que tomar estén presentes. Los casos de dos países que vivieron la hiperinflación –dos de los 57 que se han registrado en todo el mundo– sirven para explicar los caminos posibles que puede transitar Venezuela, apunta González. En 1985 la inflación en Bolivia llegó a 12.000% en un proceso de alzas continuas que tomó 3 años. “En agosto del año 1985 hubo un acuerdo político y se tomaron las medidas que incluían un congelamiento de los salarios del sector público, entre otros ajustes, lo que logró que el ritmo inflacionario bajara a los 10 días y en los años siguientes bajó primero a 400% y luego a 145%”.
En Brasil la implementación de medidas no fue tan exitosa, porque no se redujo el gasto fiscal. Cuando vivieron su episodio hiperinflacionario les tomó 12 años bajar a una tasa menor a 3 dígitos. “Fue un período muy largo con una inflación de más del 100%. Los brasileros tomaron medidas económicas, pero siguieron haciendo aumentos de salarios en el sector público lo que generó una inercia inflacionaria, hasta que se dieron cuenta de que eso también alimentaba la inflación y tuvieron que decirle a sus funcionarios que por un período no iba a haber más aumentos”.
El presidente de la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional, José Guerra, señala que es necesario tomar medidas desde ya y desmontar los controles de cambio y precios. Si estuviera en sus manos lo haría de un día para otro. “Los controles ya están desgastados y justamente llegamos a esta hiperinflación por ellos. Si se va instrumentar un control más estricto, que es lo que se espera, la escasez se va a profundizar”.
El jueves el presidente Nicolás Maduro reconoció en una sesión en la ANC que los mecanismos de regulación de precios se habían agotado, pero anunció con continuarían con ellos y a partir de esta semana se comenzarán a fijar los precios máximos de venta de 50 productos.
Para Guerra liberar los precios no produciría mayor inflación, pues muchos ya se han liberado puntualmente ante la presión de la escasez y el tipo de cambio es necesario liberarlo precisamente por la escasez de divisas que afecta el país. “La gente debe pagar el dólar al precio que es. Ya los capitales que se iban a ir se fueron”.
Además de esas medidas hay que diseñar un programa de protección para los más afectados por la crisis, aquellos que estancados en la pobreza extrema que entre 2014 y 2016 se duplicó y alcanza a 30% de la población. Allí también se encuentra 50% de las personas mayores de 55 y 60 años de edad que no reciben pensión, cerca de 1,5 millones de personas, agrega González. “Es un porcentaje que está aumentando todo el tiempo y se va acumulando porque tradicionalmente ha sido excluido, pues la disposición constitucional que establecía las pensiones contributivas no se ha cumplido”.
Guerra calcula que se necesitarán por lo menos 3 millardos de dólares en subsidios directos a la comida en dinero, no vía los CLAP, que son un mecanismo muy costoso de distribución.