El presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Mauricio Claver-Carone, afirmó que Venezuela será el reto socioeconómico más grande que confrontará la región.
«Va a ser el reto socioeconómico más grande que va a confrontar la región en su momento», puntualizó.
«La crisis migratoria de Venezuela es de un nivel de gravedad de lo que fue en su peor momento la crisis migratoria de refugiados de Siria. Sin embargo, en cuestión de financiamiento la comunidad internacional solamente le ha proporcionado un 10% de los recursos que le proporcionó a la crisis en Siria», advirtió.
En ese sentido, el funcionario detalló que países como Colombia, Ecuador, Perú, Argentina e incluso Trinidad y Tobago, en el Caribe, están sintiendo «el peso y el estrés adicional fiscal» causado por la problemática venezolana y el efecto que tiene en temas como salud y educación.
«Es un problema global y tiene que haber una respuesta global, y nosotros, obviamente, vamos a seguir ayudando, buscando mecanismos creativos», señaló Claver-Carone, quien llamó a la comunidad internacional a «darle la importancia que amerita a esta tragedia».
– BID y EE.UU –
Asimismo, Claver-Carone anticipó que el BID trabajará con quien gane las elecciones del próximo 3 de noviembre en EE.UU. y descartó que un posible cambio de Gobierno afecte sus gestiones ante el Congreso estadounidense en busca de más recursos.
«Sea quien gane el 3 de noviembre creo que podrían estar de acuerdo de que quisieran que el BID sea el socio prioritario, el prestamista más confiable de la región y no Gobiernos soberanos como la China, por ejemplo, así que creo que no hay discrepancia en eso», declaró el funcionario en una entrevista con Efe.
Claver-Carone, quien hasta hace poco era asesor para las Américas del presidente de EE.UU., Donald Trump, resaltó que, aunque en los planes de desarrollo para la región puedan haber «diferencias» en los mecanismos de aplicación, sus objetivos son similares.
En ese contexto explicó que mientras el presidente Trump y su equipo han desarrollado «América Crece» «como una iniciativa de crecimiento económico y de financiamiento de proyectos de energía e infraestructura en la región», su rival electoral, el demócrata Joe Biden, cuando era vicepresidente de la Administración de Barack Obama (2009-2017) «trabajó arduamente por la ‘Alianza para la Prosperidad’ para atraer proyectos de desarrollo a Centroamérica».
«Por lo cual -explicó-, creo que llámese ‘América Crece’, llámese ‘Alianza para la prosperidad’, a pesar de ciertas diferencias en la aplicación creo que las intenciones y los objetivos son similares, por lo cual vamos a poder trabajar con quien gane el 3 de noviembre», sostuvo.
Un escenario similar anticipó en el Legislativo, donde, consideró, «el BID está en la mejor posición que ha estado en su historia con el Congreso de EE.UU.».
El Comité de Relaciones Exteriores del Senado tiene la potestad de aprobar cualquier aumento del capital aportado a la entidad multilateral por parte de Estados Unidos, que es el mayor accionista del BID.
– Empleos, una prioridad –
Al evaluar sus primeros 20 días en el cargo, que asumió el pasado 1 de octubre, convirtiéndose en el primer estadounidense en ocupar la Presidencia del BID, Claver-Carone consideró haber inyectado «una nueva energía» y alineado «unas prioridades muy claras» para tener el mayor impacto en la región.
En específico, destacó su interés en la creación de empleos a partir de «prioridades» como las pequeñas y medianas empresas, mediante el financiamiento de los grupos más vulnerables y los que menos acceso tienen a capital, particularmente las mujeres.
Otras de las estrategias para crear más puestos de trabajo será el «nearshoring» o la relocalización de las compañías, con la intención de convertir a los países de la región en «los mayores proponentes» para recibir este tipo de inversiones en el mundo, así como la digitalización y la llamada «economía naranja», que engloba el desarrollo de bienes y servicios culturales.
Fuente: Banca y Negocios