Las importaciones de materias primas, productos químicos, maquinarias, aparatos, material eléctrico y otros equipos esenciales para la manufactura fueron sacadas de la lista de 4.999 categorías de bienes cuyas compras externas pueden hacerse libres de aranceles, IVA y derechos aduaneros.
Para Conindustria, el régimen de libre importación de bienes que rige hasta el próximo 30 de junio, «promueve una vez más, la importación y la comercialización de bienes finales, ya que con medidas de este tipo, se beneficia al trabajador de otras latitudes y se generan riquezas para empresarios foráneos e intermediarios«.
El análisis de coyuntura industrial del gremio del sector manufacturero es concluyente: el régimen de desregulación -no solo exonera de impuestos y tarifas, sino de certificaciones y permisos- de importaciones establece que 87% de los bienes excluidos son esenciales para la reactivación de la producción, mientras que solo 13,08% de la lista está configurada por productos terminados.
Lo cierto es que la situación es insólita, porque entre los considerandos del Decreto 4.080 establece que se deben crear las condiciones para producir rubros estratégicos y «garantizar los recursos necesarios para la producción en condiciones excepcionales».
– La industria sale perdiendo –
Sin embargo, la reducción de 8.288 a 3.289 códigos arancelarios exonerados de tributos, tarifas, certificaciones y permisos hizo una suerte de «caída y mesa limpia» con los insumos necesarios para que la industria nacional pueda producir en condiciones financieras siquiera aceptables.
El informe de coyuntura señala precisamente que:
– «58,37% (2.918 subpartidas) corresponden a “materias primas, insumos, intermedios y semimanufacturas”. De estos, 52% (1.523 subpartidas) se refiere a “productos químicos”, lo que afecta en gran medida al sector manufacturero en general, por ser el subsector químico de carácter transversal (insumos requeridos por la mayoría de los subsectores productivos)».
– «28,55% (1.427 subpartidas) se refiere a “maquinarias, aparatos, material eléctrico, instrumentos y aparatos de análisis y control, también requeridos por el sector industrial».
El inventario por sectores industriales es el siguiente:
– En lo inherente a la industria química, la materia prima necesaria para la elaboración de detergentes, fue suprimida de la exoneración.
– En textiles, también se suprimieron las fibras, filamentos e hilados de algodón, lana, de fibras sintéticas y artificiales, entre otros, imprescindibles para la fabricación de hilo, tejidos y confección.
– En la industria papelera, de 17 subpartidas solo quedaron 3 que clasifican la pasta para la fabricación de papel, cartón y todas sus manufacturas, lo que evidentemente envía una señal de incentivo a la importación de estos productos ya elaborados, dañando la ya muy golpeada industria papelera nacional.
– En cuanto al sector alimentos, se exoneraron bases para salsas y salsas preparadas: “ketchup”, mostaza, mayonesa, salsa de soya, entre otras. Asimismo, se incorporaron productos a base de cacao, condimentos y concentrados de proteína en cápsulas (cubitos).
– Con respecto a la industria en general, se incrementará aún más la obsolescencia de los equipos, con el consiguiente rezago tecnológico, ya que fueron suprimidas todas las maquinarias, aparatos, material eléctrico, instrumentos y aparatos de análisis y control, utilizados para la producción de bienes nacionales destinados al uso y consumo tanto del mercado interno como externo.
«Con este Decreto, el Gobierno, lejos de alcanzar el objetivo que expresa en los considerandos de la norma en cuestión, continúa contribuyendo, inequívocamente, al cierre de más establecimientos industriales, con el consecuente desempleo y disminución de exportaciones, en perjuicio del ingreso del grupo familiar y en la contracción aún mayor de la demanda de bienes producidos en Venezuela», señala el informe de coyuntura de Conindustria.
– Los bodegones salen ganando –
Fuentes del sector industrial indicaron a Banca y Negocios que, justo cuando se esperaba que el nuevo régimen corrigiera los vicios del anterior, ocurre que se permite la entrada de múltiples productos suntuarios y otros de primera necesidad, pero sin controles ni certificaciones adecuadas.
Un industrial del sector textil dijo que «esto parece diseñado para proteger a los bodegones. Ahora parece que lo que se quiere es que dejemos de producir y nos convirtamos en importadores. Eso para los que quedamos con intención de producir aquí, porque ya muchos se están reconvirtiendo para ser importadores netos».
Fuente: Banca y Negocios.