Los cancilleres de los países de la Organización de Estados Americanos (OEA) decidirán si la reunión de consulta que mantendrán el próximo 31 de mayo sobre la situación de Venezuela queda “abierta”, de manera que el debate pueda continuar en otras sesiones.
Los embajadores en la OEA no lograron ponerse de acuerdo este miércoles sobre si la reunión debe limitarse al día 31 o si debe quedar abierta, es decir, que pueda continuar en otro momento: el mismo día siguiente, en un determinado plazo o en función de los acontecimientos en Venezuela.
El vicepresidente de turno del Consejo Permanente de la OEA, el embajador de Haití Jean-Victor Harvel Jean-Baptiste, propuso una serie de recomendaciones para la reunión de cancilleres, entre ellas establecer que comienza y termina el día 31, algo que apoyó la delegación de Bolivia.
El embajador de México, Luis Alfonso De Alba, rechazó esa propuesta y señaló que la sesión “podría continuar al día siguiente si los ministros lo consideraran oportuno“.
El representante alterno argentino Julio Cesar Ayala expresó su “inquietud” por la sugerencia de Haití de que se cierre la reunión el mismo día 31 y de poner plazos a la presentación de resoluciones.
El secretario de Asuntos Jurídicos de la OEA, Jean Michel Arrighi, indicó que “hay reuniones de consulta (de cancilleres) que aún están abiertas, otras que tuvieron dos, tres, cuatro sesiones”, por lo que consideró “imposible prever el cierre de presentación de resoluciones”, ya que “no sabemos cuánto tiempo se va a extender” la sesión.
Tras constatar que no había acuerdo sobre establecer un cierre o no para la reunión, los embajadores decidieron remitir las recomendaciones debatidas a los cancilleres para que sean ellos quienes decidan en la propia reunión de consulta.
La agenda propuesta comienza con una reunión “preliminar” privada de entre media hora y una hora, cerrada a la prensa, seguida después de la sesión plenaria abierta.
Cualquier decisión que se tome en ese encuentro -por ejemplo, una resolución- deberá contar con el apoyo de dos tercios de los países representados en la sesión, un número que aún se desconoce.
Nadie en los pasillos de la OEA niega que será difícil llegar a un acuerdo si no se modifican sustancialmente las divergentes posiciones actuales, entre quienes quieren contundencia para presionar al gobierno nacional a hacer cambios y quienes prefieren que la OEA esté en un segundo plano.
Los embajadores mantendrán este jueves una reunión privada en la OEA para acercar posiciones, algo en lo que avanzaron, pero sin acuerdos concretos en otro encuentro similar ayer, según explicaron a Efe fuentes diplomáticas.
No se espera que Venezuela acuda a la reunión de cancilleres porque el gobierno de Nicolás Maduro solicitó la salida de la OEA el 28 de abril, precisamente ante su convocatoria, a la que se opone frontalmente.
Aunque su retirada no será efectiva hasta 2019, Venezuela ha dejado de acudir a la OEA y ha anunciado que no volverá más.