El Índice de la Bolsa de Valores de Caracas alcanzó una apreciación de 107% en abril, y llegó a un marcador histórico de 17.776 puntos. El rendimiento del corro capitalino fue de 17% medido en dólares, según reporte del Fondo de Valores Inmobiliarios.
A pesar de que la capitalización del mercado caraqueño apenas equivale a 2.000 millones, los resultados obtenidos en los últimos dos años perfilan al mercado de capitales como uno de los pocos mecanismos de inversión que pueden, al menos, reducir de manera sensible la erosión de la hiperinflación sobre los activos financieros.
De hecho, si se toma como referencia el Índice Nacional de Precios que calcula la Asamblea Nacional, en abril se obtuvo un incremento de 44%, mientras que rendimiento ajustado del IBC fue de 44,08%.
No obstante, si se mira el detalle de las acciones más transadas, se tiene que, por ejemplo, el Banco Nacional de Crédito se apreció 110,19% en dólares, lo que significa que en el ejercicio hipotético de que un inversionista hubiera colocado cinco dólares en este título el primero de abril, al cierre tendría 10,50 dólares.
En el caso del BBVA Provincial, los mismos cinco dólares se habrían convertido en 8,08 y si la inversión se hubiese realizado en la acción remanente de Cantv, la revalorización habría llegado a 7,98 dólares.
Como sector, por primera vez en el año el inmobiliario acaparó la mayoría de las operaciones con 45% del total negociado.
Aunque se trata de un mercado muy reducido y con un número limitado de oferentes, la Bolsa de Valores de Caracas admite diferentes perfiles de riesgo, de manera que aquellos que apuestan más por un crecimiento estable y, dentro de lo que cabe, con una menor volatilidad, encuentran títulos como Proagro (PGR), MANPA (MPA) y Mercantil
Tipo A (MVZ.A) que han superado el rendimiento del Índice General de manera consistente en los últimos 26 meses.
Hay también títulos con más volatilidad, pero que superan el Índice con más fuerza cuando lo hacen, como Corimon e Invaca.
Los actores del mercado tienen como prioridad conseguir más emisores y consideran que ello es posible en un cuadro de severas limitaciones de liquidez en la Banca, como resultado de la política de encaje que mantiene el Banco Central de Venezuela; no obstante, hasta ahora no hay nuevos emisores de renta variable y, en el caso de la renta fija, los actores consultados reconocen que el ritmo es lento como obvio resultado de la escasa productividad empresarial causada por la depresión económica.