Joe Biden ha prometido un cambio de política de Estados Unido ante Irán, pero tiene poco tiempo para ello y escaso margen de maniobra, ya que la desconfianza de Teherán es muy fuerte después de años de «máxima presión» bajo la presidencia de Donald Trump.
A diferencia de hace cuatro años, el tema de Irán ha estado ausente de la elección presidencial en Estados Unidos, y las propuestas del presidente electo Biden al respecto son bastante ambiguas.
Enfrentados desde hace más de 40 años, las relaciones entre la República Islámica y Estados Unidos se han deteriorado durante la presidencia de Trump, sobre todo tras la retirada unilateral de Washington del acuerdo internacional de Viena sobre el programa nuclear iraní, y el restablecimiento de las sanciones de Washington contra Teherán en 2018.
Ambos países estuvieron además a punto de enfrentarse militarmente en dos ocasiones desde junio de 2019 en un contexto de fuertes tensiones en el Golfo.
El objetivo de Trump al retirarse -obligar a Irán a firmar un nuevo y «mejor acuerdo» nuclear– no ha sido obtenido, y además la República islámica puede vanagloriarse de la «resistencia» del pueblo iraní ante el «Gran Satanás» norteamericano.
«Debemos cambiar de rumbo urgentemente», escribía en septiembre Biden en una tribuna en la que calificaba de «peligroso fracaso» la política iraní de Trump, que según él acerca «a Irán de la bomba atómica».
– «Vía creíble» –
Según el acuerdo de Viena, Irán aceptó reducir drásticamente su programa nuclear a cambio de una reducción de las sanciones internacionales que se le impusieron.
Pero al volver la sanciones de Estados Unidos, Teherán se ha liberado desde mayo de 2019 de los compromisos que asumió en el acuerdo y ha aumentado su producción de uranio ligeramente enriquecido, aunque no hasta un nivel que permita un uso militar.
Biden escribió que adoptaría «una vía creíble para retornar a la diplomacia» con Teherán, para lograr un posible regreso de Estados Unidos al acuerdo. El ahora presidente electo era vicepresidente de Barack Obama cuando bajo la administración de éste se firmó en 2015 el acuerdo internacional de Viena sobre el programa nuclear iraní.
Sin embargo Biden ha prometido también ser «duro con Irán», y asegura que ese regreso de Washington se haría a condición de que Teherán «vuelva a respetar rigurosamente sus compromisos».
En las últimas semanas, las autoridades de Teherán han reiterado que no es posible para ellas que Estados Unidos reintegre ese pacto sin haber indemnizado previamente a Irán por los daños causados por su retirada y sus sanciones.
– «Errores pasados» –
Con Biden, Estados Unidos tiene «una ocasión para corregir sus errores» frente a Irán, ha declarado el presidente iraní, Hasán Rohani, cuya elección en 2013 permitió reanudar negociaciones nucleares estancadas durante ocho años.
Pero el período propicio para este acercamiento es muy corto, ya que menos de cinco meses separan la investidura de Biden (20 de enero) de la elección presidencial iraní (18 de junio).
Estas elecciones, tras el triunfo abrumador de los conservadores hostiles al acuerdo de Viena en las legislativas iraníes de febrero, podrían marcar el fin de la alianza entre reformadores y moderados formada en torno a Rohani.
Para Ellie Geranmayeh, del Consejo europeo de relaciones internacionales, le corresponde a los tres países europeos firmantes de acuerdo de Viena (Alemania, Francia y Gran Bretaña) actuar para que se «intensifique el dialogo» con los demás firmantes (Irán, Rusia y China) con el objetivo de hallar «los parámetros que permitan un retorno de Estados Unidos» al acuerdo.
Fuente: Banca y Negocios