Aunque el Banco Mundial excluye a Venezuela de sus proyecciones de crecimiento e inflación en América Latina y el Caribe, porque sus números distorsionan cualquier análisis colectivo, sí incluye al país entre los mayores riesgos de la región, porque un incremento de la corriente emigratoria venezolana ejercerá presiones fiscales, sociales y económicas que afectarían los resultados de las economías vecinas.
El organismo multilateral no aprecia un escenario de mejora de corto plazo para Venezuela, por lo que sus expectativas sobre el país son, de lejos, las peores en la región. La advertencia es que el resto de las naciones de América Latina y el Caribe deben considerar las implicaciones de un agravamiento de la crisis venezolana y prepararse para sus impactos, comenzando por el aspecto migratorio.
El informe del BM recoge cifras de otras fuentes oficiales y extraoficiales para medir la situación venezolana; sin embargo, se detiene en dos datos fundamentales: la salida de 3,7 millones de habitantes en los últimos años y la disminución de 1.000.000 de barriles diarios de la producción petrolera desde 2010, que implican, para los analistas del multilateral, elementos sustantivos de riesgo, porque permiten explicar la agudización de la crisis humanitaria.
Según el Banco Mundial, el resto de la región tendrá un crecimiento consolidado de 1,7% este año, lastrado en alguna medida por las moderadas expansiones que se esperan en México y Brasil, así como la contracción de -1,2% del PIB que proyecta para Argentina.
El incremento del consumo privado y una moderada inflación permitirán que el resto de América Latina y el Caribe puedan experimentar expansiones de 2,5% en 2020 y 2,7% en 2021.
No obstante, las tensiones comerciales que se producen entre Estados Unidos y China aportan incertidumbre a estas proyecciones, por el impacto negativo que tendrá el conflicto en estas naciones, lo que significa menor demanda de productos para América Latina y el Caribe, especialmente la proveniente del país asiático que se ha convertido en el principal mercado para las exportaciones de varios estados de la región.
Igualmente, el Banco Mundial resalta como elemento de riesgo el elevado endeudamiento externo de algunas economías grandes de la región, aunque indica que, en promedio, la relación deuda/PIB en América Latina y el Caribe se ubica en 80%, al cierre de 2018.
República Dominicana, con un crecimiento del PIB de 5% en 2019, y Panamá, con 5%, lideran las expectativas de la región, junto con Bolivia, que espera una expansión de 4%. Conviene resaltar el caso de la vecina Guyana que, por su actividad petrolera, tendría un crecimiento de 4,6% este año y de un asombroso 33,5% en 2020, para convertirse, de lejos, en el mejor resultado de la región, aún cuando se trata de una de las economías más pequeñas.