Analistas financieros internacionales creen conveniente que el Gobierno adelante una reestructuración de la deuda externa del país, estimada en 140 mil millones de dólares. Consideraron que un eventual replanteamiento de los términos de pago de esos compromisos, permitiría una holgura en el manejo de los ingresos.
Durante el conversatorio Perspectivas de la Deuda Venezolana, organizado por Rendivalores (Sociedad de Corretaje de Valores C.A.), Francisco Rodríguez, economista jefe de Torino Capital y José González, socio gerente de GCG Advisors y director de ECG Asset Management Panamá y de EMC Managers en New York, señalaron que la opción de modificar las condiciones para honrar esas obligaciones, luce reducida, porque a “Venezuela se le han cerrado los accesos a los mercados financieros internacionales”.
Explicó Rodríguez que esa indisposición del país de acercarse a las fuentes de financiamiento, obedece a múltiples razones, entre ellas, a las “políticas económicas, a la caída en los precios del petróleo y a la conflictividad política. Es en estos factores en los que hay que trabajar para restablecer” la entrada a esos recursos monetarios financieros.
González enfatizó que de Venezuela “nunca se ha cuestionado la voluntad de pago”; de hecho, la República “puede seguir asumiendo sus obligaciones pero a costos cada vez más altos, que pagan los venezolanos, con una inflación de tres dígitos, una contracción del Producto Interno Bruto (PIB) cercano al 30% en tres años, con la caída en un 85% de las importaciones y 60% de escasez de productos básicos”.
El analista indicó que “Venezuela debe pagar sus deudas, no hacerlo implicaría altos riesgos para Petróleos de Venezuela (Pdvsa) y para la República, difíciles de encarar”. Rodríguez añadió que “acciones legales” contra la industria petrolera local, “disminuiría la capacidad del país de generar divisas, y ello reduciría aún más las importaciones”.
Receta o ajuste
González comentó que el precio del petróleo “no ha bajado pero tampoco ha subido”, pese a los comentarios guerreristas de Corea del Norte a Estados Unidos y al lanzamiento de la “madre de todas las bombas”, por parte del gobierno del Donald Trump, en Afganistán. “En otros tiempos, el precio del petróleo estuviera en 200 dólares el barril, pero este no es el caso, hay mucha sobreoferta de crudo”, dijo.
También destacó que si el Plan Siembra Petrolera se hubiese ejecutado como estaba previsto, Venezuela estaría produciendo 5,1 millones de barriles al día. Entonces sugirió reestructurar la deuda y aplicar el “librito” del Fondo Monetario Internacional.
“Con la administración de Christine Lagarde los ajustes son más racionales”, acotó.
Rodríguez se mostró partidario de un ajuste en las políticas económicas. “La reestructuración no es necesaria, si hay cambio en esas políticas; en Venezuela hay distorsiones cambiarias y de precios relativas muy fuertes, que tienen que ver con la falta de financiamiento externo. Con un sistema de cambio más flexible, lo normal sería que en base a los incentivos de precios que allí se generan, las exportaciones no petrolera deberían estar en 8.000 millones de dólares y no en los 2.000 millones de dólares actuales”.
Refirió el director de Torino Capital que “al tener control de cambios y de precios, se impide que se crean incentivos para que los exportadores y productores que sustituyen importaciones, puedan elevar los niveles de producción”.
En su opinión “se ha hecho un ajuste fiscal en base a la reducción del gasto real, pero debería abordarse la normalización de los precios de la gasolina y electricidad de manera de cerrar el déficit fiscal. Y tiene que haber una política de subsidios indirectos a la población más vulnerable”.
Sostuvo que cuando se ofrezcan estos cambios, “los tenedores de bonos van a estar mucho más dispuestos a un refinanciamiento voluntario”.