Caracas.– Cifras manejadas por la Cámara Venezolana de la Construcción (CVC), advierten de una contracción continua del sector desde 2012 y que a la fecha, apuntan a una paralización importante de las actividades públicas y privadas.
Según su presidente, Juan Andrés Sosa, el sector reporta una “inoperatividad cercana al 95%”, resultado de un conjunto de variables adversas a esa industria dinamizadora de la economía, generadora de empleo y desarrollo para el país.
Este comportamiento desfavorable descansa en la ausencia de insumos fundamentales para la construcción como el acero.
Explica el directivo que la Siderúrgica del Orinoco (Sidor) y Sivensa están paralizadas, apenas “producen a un 6% de su capacidad instalada; la única que queda en funciones es la Siderúrgica Zuliana C.A (Sizuca) y trabaja a una tercera parte de su potencialidad, por graves problemas de electricidad” en ese Estado.
“Cualquier obra nueva que se inicia requiere acero y cemento”, precisa Sosa. Y los volúmenes de producción de las empresas cementeras no alcanzan siquiera al 30% del plantel.
En su opinión hay un “proceso de destrucción masiva de la industria y sus dos terceras partes está inactiva dejándose de producir cables, tuberías, sanitarios, cerámicas” entre otros, fundamentales complementos para la construcción.
Ese 5% a 7% de este segmento productivo que opera, “está más bien dedicado al mantenimiento, más que a introducir nuevas obras y allí se incluye también al sector público”.
El financiamiento, dice, es otro eslabón importante en la cadena de esta factoría. “Estamos frente a una banca descapitalizada. El patrimonio total de la banca no llega a 260 millones de dólares, la cartera de crédito no llega a 130 millones de dólares para todo el país. Y la construcción compite con el sector comercio, turismo y agrícola, con otros sectores”.
Sosa cita como ejemplos, que las carteras de crédito de Haití es de 7.000 millones de dólares y la de República Dominicana de 35 mil millones de dólares. Estamos hablamos de 130 millones de dólares en Venezuela, esta sin dudas es una situación tremendamente grave”.
Otro factor que influye en el desempeño negativo de la construcción, es el limitado poder adquisitivo de los venezolanos. Refiere el presidente de la CVC que “hoy en día tenemos una sociedad compuesta por pobres. En el último reporte de opinión de Encovi (Encuesta Nacional de Condiciones de Vida), el 86% de la población se encuentra en niveles de pobreza. Si haces una encuesta sobre el poder de compra de viviendas, el 96% dice que no está en capacidad de adquirirla”.
Péndulo inclinado
Señala además que la construcción pública igualmente está paralizada. “Si la producción petrolera cae de 3, 6 millones de barriles” a 1,1 millones de barriles en enero 2019, según las fuentes secundarias de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), quiere decir que “estamos en una quiebra, independientemente de las sanciones de Estados Unidos contra la industria petrolera nacional”.
Asimismo observa el empresario “un deterioro aceleradísimo de la infraestructura del país. De estar en los primeros lugares en competitividad, estamos en el penúltimo en América Latina. El país no progresa sin infraestructura”.
Sostiene que “en el supuesto caso de que Sidor y Sivensa estuviesen en perfecto mantenimiento, hoy no se podrían encender sus hornos, porque faltan el gas y la electricidad. ¿Cómo reactivar el país si no hay estos insumos tan básicos?”.
Sosa, en su análisis sectorial, descarta que la Gran Misión Vivienda Venezuela (GMVV)_cuantifique la construcción de 2,5 millones de viviendas, como señalan las autoridades. “Si multiplicamos ese número de viviendas por un promedio de 5 miembros de una familia, estamos hablando de 12 millones de habitantes con apartamento, pero si haces una encuesta ni un 5% afirma haber sido beneficiado” con esa política oficial; en la CVC creemos que no llegan a 400 mil las viviendas construidas, lo que sí hubo fueron los recursos económicos”.