Han transcurrido 17 días desde la instalación de la asamblea nacional constituyente y pese a que la economía es uno de sus 9 objetivos, todavía no ha sido debatido ese punto: “La constituyente debe ampliar y perfeccionar el sistema económico venezolano para dejar dibujado e instalado un nuevo sistema económico pospetrolero”. Tan solo fue instalada el 11 de agosto la Comisión de Economía.
“El reto más grande que tenemos es lograr la prosperidad económica”, aseguró el presidente Nicolás Maduro cuando visitó el Palacio Legislativo el jueves 10 de agosto, momento en que entregó su propuesta de lo que podría ser la nueva Constitución.
Sin embargo, economistas advierten que con la constituyente sucederá todo lo contrario, pues se trata de la prolongación de un sistema que no ha funcionado.
“Eso de perfeccionar la economía implicaría que todo va bastante bien y que lo que hay que hacer es mejorarla, no modificarla por completo. Ahí hay un problema. Porque el sistema que tenemos no es uno pospetrolero, por lo tanto no se puede perfeccionar para que lo sea. Lo que tenemos es una dependencia absoluta de esos ingresos. Si la intención es perfeccionar lo que ya se tiene, no cambiarlo, lo que va a generar entonces es más inflación, escasez, menos producción y más pérdida de capital humano”, explica el economista Ronald Balza.
El también economista Orlando Ochoa coincide y sostiene que un modelo pospetrolero “es solo una frase hueca si no tiene contenido”, lo que a su juicio debería estar dirigido hacia la economía de mercado en una democracia funcional. “Pero eso es precisamente lo que adversa la constituyente”, agrega.
Ya Elías Jaua, quien sirvió como presidente de la comisión para la constituyente, adelantó el domingo pasado “que se está generando una creciente demanda, de propios y extraños, de solución inmediata de la compleja situación económica”, que a su juicio, ha sido causada “por la guerra permanente” al modelo económico: “Y por los errores coyunturales que, sin duda, hemos cometido en el manejo de la política económica, a lo largo de 18 años de revolución”. Jaua advierte: “La ANC no tiene una varita mágica para superar todas estas variables que atentan hoy contra nuestra economía”.
¿Hay una solución? De hecho existen varias. Ochoa sugiere un plan creíble de emergencia económica, petrolero y de estabilización: “Para salir del desastre económico, social y financiero, se requiere de ese plan, dado que lo único que exportamos en este momento es petróleo y que el sector privado tardará unos años en recuperarse. Necesitamos un plan petrolero, para fortalecer los ingresos en divisas y un plan económico para la estabilización, ambos deben ser financiados”.
Además de inversión, comercio internacional, tecnología, seguridad jurídica para los empresarios, el economista Héctor Silva Michelena, también sugiere que se debe restablecer la institucionalidad: “Hacer valer la Constitución y el modelo económico que allí aparece, con eso se puede salir adelante. Allí se establece una economía mixta: Estado y mercado. Donde existe la sinergia, no la imposición del Estado”. Por lo que es necesario eliminar las restricciones para el acceso a divisas, el control de cambio e ir a un equilibrio. “Si eso se hace en un año podemos recuperar lo mucho que se ha perdido. Y al cabo de cinco años comenzaría a crecer sostenidamente la economía”, expresa.
Ochoa destaca que mientras los planes no se pongan en marcha, la pérdida y depreciación de la moneda, la aceleración de inflación, continuará destruyendo el poder adquisitivo de los ingresos de los trabajadores y se profundizará en la tragedia social. “Por sensibilidad social, el proyecto socialista fallido debería reconocer que hay que cambiar de rumbo”, asevera. Resalta que la alternativa también debe producir una propuesta articulada para enfrentar la crisis. “Venezuela no se va arreglar con buenas intenciones y discursos. Se han profundizado todos los problemas –mal manejo fiscal, cambiario, monetario, corrupción– y se han creado nuevos: colapso en la industria, en la agricultura y un proceso de empobrecimiento masivo desde 1998”, expresa Ochoa.
Además de la escasez de medicinas y alimentos, no hay acceso a bienes importados que toda sociedad moderna debería tener. “Tenemos falta de vehículos, transporte de carga, equipos y maquinarias. En el momento en que la economía se vaya a reactivar necesita tener acceso a la economía internacional. Y eso significa tener un mercado cambiario con una sola tasa y un plan económico de soporte y petrolero”, concluye Ochoa.