Venezuela no ha experimentado aún su tope de casos diarios de Covid-19 y la curva de contagios en sus 23 regiones y la capital está lejos de aplanarse, advierte Mireya Goldwasser, presidenta de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales.
La docente e investigadora de la Universidad Central de Venezuela, con estudios de doctorado en ingeniería química en el Imperial College de Inglaterra, dijo en entrevista con la Voz de América que la evaluación de la enfermedad se dificulta cuando las cifras que aporta el Estado venezolano no resultan confiables.
La Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales proyectó en mayo que habría en Venezuela de 1.000 a 4.000 contagios de COVID-19 entre junio y septiembre. El cálculo les valió amenazas por parte de líderes del chavismo. “Hubiésemos deseado no tener razón”, sostiene.
Goldwasser aseguró que la cifra de contagios está “subiendo y subiendo” por saturación de pruebas fidedignas y por los subregistros de contagios.
“Todavía, las cifras oficiales siguen sin reflejar el tamaño de la epidemia o de la intensidad de la transmisión. La capacidad diagnóstica que tienen está saturada. Para poder nosotros hacer una predicción correcta de lo que puede pasar, tenemos que tener datos confiables que nos suministre el Estado. No los tenemos. El número de pruebas PCR que se hacen no son suficientes. Se están haciendo alrededor de 2.000, pero deberían de estar alrededor de 8.000 y 10.000 pruebas diarias, como mínimo“, señaló.
Agregó que es necesario habilitar laboratorios, clínicas, hospitales, universidades, que puedan hacer análisis, que no deben durar más de tres días. “Una persona que esté en Zulia, otra que esté en el sur, toman las pruebas cuando tienen los síntomas, mandan esas pruebas al Instituto Nacional de Higiene, en Caracas, que dura ocho días. El instituto está saturado, porque le llegan más pruebas de las que puede procesar. Duran 15 días para dar respuesta y, a veces, cuando llegan, ya la persona falleció o pasó la cuarentena. Es importantísimo que el número de pruebas que se haga sea el mayor posible y, segundo, la rapidez de hacer esas pruebas“, afirmó.
La investigadora aseguró que, según los cálculos de la Academia, todavía no se ha llegado al pico de la epidemia. “Hay más saturación de los resultados, hay subregistros. Está variando -como se esperaba que variara desde el comienzo- de manera exponencial, subiendo y subiendo. No se nota un descenso, para nada“, afirmó.
Fuente: Banca y Negocios