La organización defensora de los derechos humanos presentó su informe anual en Washington, en el cual pide presionar al gobierno de Venezuela a que acabe con la demagogia y logre avances en la protección de los derechos humanos.
El informe, “El peligroso avance del populismo”, exhorta a los países del continente americano a presentar sus exigencias para contrarrestar los actos represivos que cometen los gobiernos de Venezuela y Cuba.
“Durante el liderazgo del presidente Chávez, y ahora del presidente Nicolás Maduro, la acumulación de poder en el Ejecutivo y el deterioro de las garantías de derechos humanos han permitido que el gobierno intimide, censure y enjuicie a sus críticos. Si bien algunos venezolanos todavía expresan críticas al gobierno, la posibilidad de enfrentar represalias –a través de acciones estatales arbitrarias o abusivas– ha debilitado la independencia judicial y ha obligado a periodistas y defensores de derechos humanos a medir las consecuencias de publicar información u opiniones críticas sobre el gobierno”, dice el documento.
Agrega que el abuso policial, las condiciones deficientes en centros penitenciarios y la impunidad en casos de abusos cometidos por miembros de las fuerzas de seguridad, continúan siendo materia de profunda preocupación.
En el informe HRW alerta sobre una nueva fascinación por el autoritarismo y la pasión que despiertan los líderes que aplican la ley del más fuerte.
Kenneth Roth, director general de la organización, afirma que ese perfil se hace patente en líderes como el presidente Nicolás Maduro, que dañó económicamente a la sociedad venezolana y socava cualquier principio de separación de poderes al restarle funciones y competencias a la Asamblea Nacional, controlada por la oposición.
“Venezuela es una muy buena ilustración del fenómeno del hombre fuerte y autoritario, pero también del desastre que eso significa para la gente del país”, añadió Roth, y mencionó la escasez de medicamentos y alimentos básicos como parte de la situación de emergencia económica.
HRW asegura que “la revolución bolivariana en Venezuela, iniciada por el difunto presidente Hugo Chávez, y ahora custodiada por su sucesor, Nicolás Maduro, ha causado la ruina económica de los segmentos de menos recursos de la sociedad, a los cuales supuestamente ayuda”.
Roth compara la situación de autoritarismo en Venezuela con la de Cuba, donde el gobierno de Raúl Castro sigue reprimiendo la disidencia y castigando la crítica pública, y con la de Rusia y China, gobernadas de manera autocrática por Vladimir Putin y Xi Jinping, respectivamente.
El director ejecutivo de HRW indica que la solución para Venezuela y Cuba precisa un enfoque multilateral y no solo el acercamiento unilateral de Estados Unidos.
El documento de la ONG señala que la creciente ola de populismo en el mundo amenaza los derechos humanos y está personificada por líderes como el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump.
Daniel Wilkinson, director gerente para las Américas de HRW, asevera que “en Venezuela el proceso democrático no está funcionando y el nivel de desesperación de la población por la escasez de comida, de medicinas, puede generar una crisis regional”. Y concluye: “Los populistas prosperan en el vacío que deja la oposición. Una fuerte reacción popular, que recurra a todos los medios disponibles es la mejor defensa”.