Francisco Toro, columnista de The Washington Post, analizó cómo un país con reservas petroleras como las de Venezuela, donde todo lo que tienes que hacer es cavar un hoyo para que los dólares broten, termina en la quiebra.
En el artículo de opinión publicado en el diario estadounidense explicó que luego de los anuncios realizados por Nicolás Maduro en los que informó que las deudas de la nación serán refinanciadas y reestructuradas, los inversores de Wall Street vieron con preocupación la medida debido a que si ese día parecía probable un incumplimiento de la deuda, al día siguiente era inevitable.
“Venezuela ahora se encuentra bajo una montaña de deudas: casi 70 millardos, la mayor cantidad prestada y luego desperdiciada en proyectos de despilfarro que nunca se completaron, malgastados en obsequios populistas o simplemente robados”, explicó Toro en The Washington Post.
La razón por la que se alarmaron los mercados es porque los términos utilizados por Maduro para dar el anuncio son confusos debido a que “refinanciación” y “reestructuración” son cosas diferentes: la primera implica pérdidas para los tenedores de bonos, mientras que la segunda simplemente es un intercambio voluntario que los deja en su totalidad.
Francisco Toro puntualizó que Venezuela necesita convencer a sus acreedores sobre las medidas que tomará y ganar la confianza de los inversionistas, además de reformas económicas para evitar que la situación empeore. Indicó que ante la crisis humanitaria es difícil conseguir inversionistas que quieran invertir, por ello recomendó que se creen soluciones para mejorar la situación del país.