El nuevo presidente de Ecuador, Lenin Moreno, lleva apenas tres meses en su cargo como mandatario nacional. Sin embargo, las diferencias políticas entre él y su antecesor Rafael Correa son consideradas casi irreversibles.
Aunque la candidatura de Moreno fue promovida y apoyada por Correa, desde que asumió su cargo el 24 de mayo, el nuevo presidente ha ido separándose de las políticas de su padrino político.
El 14 de agosto Moreno emitió un mensaje televisado con el que condenó la violencia aplicada por el régimen de Maduro y denunció la existencia de presos políticos. Cuatro días después anunció que los embajadores de Ecuador en Venezuela y Cuba cesarían de sus cargos, donde, según la cadena de noticias española ABC, ambos mantenían el alineamiento con el eje Caracas-La Habana.
ABC reseñó el mensaje de Moreno donde habló de la situación “preocupante” de Venezuela y evitó mencionar a Maduro. Sin embargo, fue contundente: “Por encima de cualquier postura ideológico o política, la vida es sagrada e intocable. La muerte de seres humanos es un hecho que debemos lamentar y rechazar enérgicamente”. Mostró su preocupación por la existencia de “cantidad de presos políticos”, una frase que el gobierno venezolano rechaza.
Moreno así contradijo los términos de lo que había sido la política exterior de Correa, quien desde que llegó al poder en 2007 se sumó a la Alianza Bolivariana de Pueblos de Nuestra América (ALBA) de Chávez, Castro (Cuba), Morales (Bolivia) y Ortega (Nicaragua).
“De momento es un distanciamiento tímido, pero si el nuevo presidente busca un perfil propio lo normal es que debilite los compromisos con el ALBA, si bien en un cuidado deslizamiento para no levantar reticencias en la base de izquierdas que le apoya”, explicó el portal de noticias.
Otras acciones políticas del presidente Moreno indican que busca un distanciamiento lento pero firme de los lazos estrechados por Rafael Correa con el gobierno de Maduro, tales como responder públicamente a las críticas de Correa por reabrir investigaciones del caso Odebrecht, lo cual perjudica a funcionarios del gobierno del ex presidente o el apartamiento de las funciones de su vicepresidente Jorge Glas, quien ha hecho causa común con Correa.